sábado, 29 de diciembre de 2007

este mundo tan poco sensual


Aroma a naftalina: cierto marxismo nos viene a hablar de amor (libre)

“este mundo tan poco sensual que no pudo aliviarme”

Virus, “Amor descartable”

Empecemos por el final. Una vez más, el más rancio marxismo tiene la necesidad de reflexionar sobre “los límites insalvables de una experiencia política ya superada por el tiempo”[1], el anarquismo. Resulta curioso que desde hace más de un siglo las grandes cabezas (mal) iluminadas sigan sosteniendo esa misma necesidad, tratándose el anarquismo, como no se cansan de afirmar en este y otros escritos similares, de un fenómeno muerto y enterrado por la sagacidad de la Historia. Pero, para adentrarnos en el tema del “amor sin barreras” tal como lo concibe el grupo Razón y Revolución (en adelante, R y R), concedámosle que, transitando la primera década del siglo XXI, resulta como mínimo interesante que ciertos marxistas nos vengan a hablar de amor. Aprovechemos la ocasión, entonces.

Para empezar, constato que los responsables de El Aromo confunden su propia idea de programa con la teoría y la praxis libertarias. No me canso de repetirlo: al contrario del socialismo autoritario, el anarquismo no constituye ni constituyó nunca sistema, dogma ni canon alguno. Esa es una de sus principales características y quizá la clave de su contemporaneidad. Que otrxs hayan intentado hacer de la pasión libertaria un triste remedo de partido marxista-leninista no empaña la simple y genial tesitura de algunxs de los teóricxs que cita el mismo texto que comento: Bakunin, Malatesta, Emma Goldman, entre otrxs, escribieron y forjaron prácticas completamente opuestas a la verticalización centralista marxista (la que devino en el dogmatismo paralizante que hemos padecido desde la Revolución Rusa en adelante, por poner una fecha caprichosa).

El texto en cuestión también cita -y con acierto- la política llevada a cabo por las y los anarquistas en el siglo XIX (y XX, añadiría yo) respecto de las relaciones “entre géneros” (sic)[2]. Es claro que, como escribe R y R en la nota, “se oponían a la familia patriarcal, a la unión conyugal civil y religiosa, al matrimonio por obligación o conveniencia, a la prostitución, a la castidad y, consecuentemente, a la doble moral sexual. Promovían un nuevo tipo de familia basada en el amor libre”. Pero, a continuación nos advierten: “Ahora bien, salvo un par de características comunes (la unión voluntaria y sobre la base del cariño como garantía de durabilidad), el concepto de amor libre tiene diversas variantes dentro del propio anarquismo”. Y aquí se desata la confusión sin barreras.

Justamente, como el anarquismo no constituye un sistema cerrado, toda la teorización y la práctica libertaria del amor libre resulta una experiencia rica en sus matices y contradicciones. Pero claro, a los campeones del verticalismo les asusta la divergencias de “los padres fundadores” del anarquismo. Como todo buen marxista, siempre dispuesto a excomulgar las heterodoxias, se confunden ante la exuberancia de los planteos libertarios y encuentran polos opuestos y horrores antidialécticos donde hay multiplicidad y riqueza de opiniones divergentes, cuestionadoras, diversidad. Muchas podrían parecer “descabelladas” -propias de una época y sus concepciones-, otras ingenuísimas y naïves, las otras, radicales y contrahegemónicas a un nivel que el marxismo no se atrevió siquiera a soñar en su largo sueño de opio (ruso). A estos realistas la posibilidad de prácticas y modos de vivir hoy de manera distinta les parece un sueño irrealizable[3].

Llegamos entonces al núcleo duro de la crítica de R y R: el ataque al “idealismo bastante ingenuo” del anarquismo. Pasemos por alto (otrxs ya lo han contestado más que correctamente en indymedia) la confusión entre “libertad positiva” y “libertad negativa” y el concepto de libertad que se le atribuye al anarquismo. Sólo remarcaré en esta oportunidad que sin base alguna le adjudican al anarquismo –en bloque- un concepto sacado de la galera de R y R. Ni siquiera una cita o una experiencia histórica a favor de esa acusación. Pero bueno, estamxs acostumbradxs a la doxa marxista y sus lugares comunes. Hoy sólo me ocuparé de la “ingenuidad” ácrata y del elevado concepto del amor según R y R.

Y aquí es donde volvemos al final, donde todo empezó. Bajo el sugerente título de “Amor y socialismo”, R y R nos sorprende con su lirismo realista y una prosa encendida a favor del amor en contra del capitalismo. No importa que se haya reflexionado a lo largo del siglo XX sobre el dispositivo mismo del amor y del sexo, el Romanticismo Marxista es a prueba del devenir histórico.

El problema de fondo, leo en El Aromo, es “la lucha de clases con un ángulo feminista, que implicaría la lucha por la revolución social y simultáneamente, la lucha por reformas parciales en cuestiones de familia y de género que preparen la organización colectiva de la reproducción de la vida”. Así vemos reaparecer la vieja “cuestión principal” y “la cuestión derivada” que la izquierda partidaria y dogmática discutió largo y tendido el pasado siglo. Porque, para cierto marxismo, la cuestión de la mujer y el feminismo resulta cuestión derivada, secundaria respecto de la principal, que es la lucha de clases. Ni hablar de los demás movimientos sociales, autónomos de las estructuras partidarias. Una vez más, décadas de feminismos y activismos de toda índole (postfeminismos, teoría queer, teoría postcolonial, estudios trans, intersex, etc.) son obviados por el realismo mágico de R y R, que no tiene tiempo para estudiar, ni vivir, porque está haciendo las reformas o la revolución (¿?). Una vez más, se comprueba que para ciertos marxismos no existe interpelación alguna de la problemática contemporánea que amplíe los estrechos límites de su visión. El canon y el dogma siempre permanecen inalterables, ajenos a lo que sucede más allá de sus categorías estables. Y todo lo que caiga fuera de esta lógica y ose reclamar entidad propia y no se conforme con ser cuestión derivada (pasible de “reformas parciales”, como escribe R y R sin avergonzarse), entra, lisa y llanamente, en el campo de lo ingenuo, utópico, que es siempre contrarrevolucionario.

Por último, una simple referencia a una de las notas del texto citado. Sin pretender una defensa del libro atacado (no es eso lo que me mueve a escribir), destaco que en su introducción, Baigorria reconoce no sólo que el título de su compilación (El amor libre) alude a la tradición romántica y modernista donde se inscriben los textos clásicos seleccionados, sino –más importante aun- que se trata de una “heterogénea y mayormente heterosexual”[4] selección. Este no es un dato menor o anecdótico, ya que no sólo nos sitúa históricamente frente el corpus de textos trabajados sino que, al explicitar el sesgo heteronormativo del mismo –comprensible, por otra parte, por ese mismo contexto histórico- constituye, en sí mismo, toda una postura política, ligada a la más reivindicable tradición libertaria, tradición a la cual pretenden aportar y enriquecer estas líneas que escribo.

Liberemos a Marx del dogma partidario. Liberemos a los partidos y grupúsculos de la recitación del canon. Quizá tengo mucho para decir. O no. No pretendo que los marxismos (ni siquiera los feminismos socialistas o marxistas) abjuren de la lucha de clases –tal como la entienden- o de la lógica de la contradicción para aceptar los presupuestos teóricos del postestructuralismo o de la teoría queer. Menos que menos podría pretender que adopten una actitud libertaria. Pero, ¿qué sucedería si intentaran, alguna vez, aplicar una mirada desprovista de anteojeras al mundo que lxs rodea? Quizá aprenderían algo sobre su funcionamiento. Y sobre cómo desarmarlo.

[1] Así lo leo en la nota de la revista El Aromo, publicación del grupo Razón y Revolución, titulada “Amor sin barreras. El anarquismo y su propuesta de amor libre”, subida a indymedia y disponible en http://argentina.indymedia.org/news/2007/12/574007.php

[2] No voy a entrar aquí en conceptualizaciones que he realizado en otro lugar. Remito entonces, a los textos que pueden encontrarse en www.proyectilfetal.blogspot.com sobre la famosa cuestión de “género”.

[3] En un trabajo reciente desarrollé algunos aspectos de la variante anarcofeminista en la Argentina que ilustran esto que digo. Ver NI DIOS NI AMO NI MARIDO. Entrecruzamientos entre anarquismo y feminismo en la Argentina de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, disponible en www.proyectilfetal.blogspot.com

[4] Baigorria, Osvaldo (compilador): El amor libre. Eros y Anarquía. Libros de Anarres, Bs.As., 2006.

jueves, 27 de diciembre de 2007

this night has opened my eyes


This night has opened my eyes. Apuntes para iniciar un nuevo recorrido.

This night has opened my eyes. And I will never sleep again. (The Smiths, “This night has opened my eyes”, BBC Sessions, 1983)

“No sólo hay que escribir para una misma. Hay que escribir también para otros. Para lejanas y desconocidas mujeres que vivirán algún día” (Alexandra Kollontai)

En el prólogo que introduce su recopilación de ensayos Diferencias, Teresa de Lauretis habla de un itinerario, de un recorrido intelectual, personal y político suyo a través del feminismo. En mi caso, deberé ser más modesta. Primero, porque no hay itinerario mío que pueda marcarse con hitos significativos ni en el feminismo ni en ningún otro movimiento. Sólo hay ciertos rastros, pasajes, ritos de iniciación y despedidas que trazan huellas y anuncian otras venideras en pos de una experiencia -o varias- que aún está haciéndose. Y deshaciéndose, como nos recuerda Judith Butler en su última compilación de escritos. Y segundo, porque este es el primer intento de bosquejar algo así como un ensayo. Esto que se escribe no introduce a nada que ya tenga una forma más o menos definida. No da cuenta de un trabajo al que se pueda mirar con orgullo o fastidio, pasible de crítica, sino que quiere ser el comienzo de otra cosa, que aún está por verse.

Por eso el epígrafe, tomado de una canción de The Smiths, que viene a sumarse a las palabras de la Kollontai o a otras grandes y bellas palabras que otra mujer, Virginia Woolf, dejó dichas en Un cuarto propio o en La olas, por mencionar dos de sus obras. Esta noche me ha abierto los ojos. Y temo que si no hago algo al respecto, jamás volveré a dormir tranquila. Por eso lo escribo. Una suerte de mezcla de “impulso narcisista de la auto-afirmación de un sujeto sexuado mujer”, como decía De Lauretis[1], con cierta veleidad intelectual no reñida con un activismo inquieto, impetuoso y pasional. Intento –siempre precario- de mantener los ojos y los oídos abiertos ante las interpelaciones de la realidad. Intento –aunque ínfimo- de iniciar el recorrido de la acción, otra vez y todas las veces que hagan falta.



[1] De Lauretis, Teresa: “Genealogías feministas. Un itinerario personal”. En Diferencias. Edición horas y HORAS, Madrid, 2000.-

lunes, 24 de diciembre de 2007

Plazo


(apenas corregida, tengo q hacer algo con los gerundios!)


Esta factura vence el seis de diciembre
segundo vencimiento veinte de diciembre
y así
siempre se sabe cuándo vence la próxima factura
te hacen el trabajito
se toman la molestia
que vos no te tomaste, dulce.

Nuevamente en pie, en todo mi esplendor
probarme en la sal de otras pieles
por primera por segunda por enésima vez
es tan fácil
como estirar la mano en la noche tibia
buscando facturas que no vas a pagar
sabiendo
que no vas a venir pasada la fecha de vencimiento
ni para la próxima
fecha de pago
sabiendo
que esta vez el trabajo es todo mío.

Y sí.
Una se acostumbra a las mieles del capitalismo cosmopolitan.
Una quiere no saber la fecha
de caducidad
de la etiqueta que porta.
Una se merecería estar mejor informada
dicen.
Qué barbaridad,
ya estamos a diez de diciembre.
Cuentas impagas.
Querer asir, deshacer.
Deshacernos.
No ser más esos dos que aún están
a la espera
de que todo o nada
pase
de que todo o nada
ocurra
de una vez.
Borrón y cuenta nueva.

martes, 18 de diciembre de 2007

el amor y el occidente


Cuando Occidente, hace ya mucho, descubrió el amor, le acordó suficiente precio como para tornar aceptable la muerte; hoy, el sexo pretende esa equivalencia, la más elevada de todas.

Foucault, Michel: Historia de la sexualidad Tomo I, La voluntad de saber


sábado, 15 de diciembre de 2007

maldita ginebra


Mis piernas gruesas

blanquísimas

cuando cojo

son bastiones de resistencia

avance

repliegue

resplandecen

dan pelea.

Y las marcas del día

de noche

siempre en mis piernas

infatigables.

viernes, 14 de diciembre de 2007

maldita ginebra



(primera versión sin corregir eh!)

Me gustan mis piernas

blanquísimas

gruesas

cuando tengo sexo

son columnas

son bastiones de resistencia

y avance

y repliegue

resplandecen

dan pelea

animalitos huidizos

animalitos fugaces de piel acariciable

estrellas

gatos que se restriegan

piden amor dando tumbos

con sus rotundas

cabezas de tormenta.

Y las marcas

del sexo del día de la noche

siempre en mis piernas

luchadoras

infatigables.


lunes, 10 de diciembre de 2007

pensamientos como pedradas


No más santxs. La anarquía no canoniza a nadie. Proyectil tiene pensamientos como pedradas.

“No voy a volver mi vista atrás buscando un resplandor que ya no existe más. El futuro va a ser mejor” Fun People

No es de mi interés entrar en polémicas inútiles sobre hechos históricos puntuales de los que se ha pretendido sacar determinadas lecciones históricas. Muchxs me aventajarán en erudición, otrxs en datos exclusivos o en fuentes de primerísimo mano. Proyectil Fetal, una vez más, arroja valientemente la primera piedra, aguanta las que vienen y sigue cascoteando. Si Nietzsche filosofaba a martillazos, Proyectil tiene pensamientos como pedradas.

La anarquía no necesita santos ni santas. Basta de mártires y de mitos. Tantos años no han pasado en vano, creo. Si hacemos una historia piadosa de nuestrxs antecesorxs, corremos el serio riesgo de congelar una imagen del pasado que nos limite en el presente. Otro es mi móvil. Que la vida y obra de Severino DiGiovanni o de Simón Radowitzky (por poner 2 personalidades que han generado intenso intercambio en los foros por estos días) nos mueva a pensar y hacer cosas en este hoy, en este presente, para otro futuro. Por ejemplo, tomando teorizaciones y prácticas del pasado, pensemos en el concepto de “minoría actuante” o el de “afinidad”. A estas alturas, ciertas discusiones que en principio podrían resultar riquísimas, siguen enfangadas en mezquinas peleas de marquesina, mientras la vida y su intenso fluir nos pasa por al lado. Pero, hechas las aclaraciones, es menester decir algunas cosas en torno a lo que se ha venido escribiendo profusamente:

Bajo una dictadura brutal –como sabemos, el régimen de Uriburu llevó adelante una política de represión obrera y popular inédita hasta ese entonces, de deportaciones, reclusiones en el penal de Tierra del Fuego, fusilamientos por aplicación de la ley marcial y estado de sitio- que exacerbó hasta lo indecible el uso de las leyes de Residencia y de Defensa Social (pergeñadas en la primera década del siglo XX, fueron de los instrumentos más usados por la clase dominante para combatir el “terror anarquista”), es insostenible adjudicar a la acción de un libertario (Severino en este caso) y su grupo de afinidad la responsabilidad por uno, alguno o todos los embates del régimen al movimiento, que, dicho sea, en su faz organizativa sindical (y por factores que no se analizarán aquí), hacía ya tiempo que había entrado en decadencia.

La indignación es siempre una percepción íntima y violentísima ante la injusticia de la dominación y sus efectos. Eso la legitima, pero no en el sentido del derecho estatal burgués y moderno que habla de “legitimidad” con la misma ligereza interesada con la que habla de “libertad” o “igualdad”. La legitima por espontánea, auténtica, sin mediación. Y esta indignación es la base de las acciones de Severino o Simón, que duda cabe.

Mucho se ha escrito acerca de la distinción entre “acción individual” y “acción colectiva”. Ya en los círculos de Reclus, Malatesta, Caffiero o Kropotkin se hablaba de acción directa para romper radicalmente con ciertas concepciones y prácticas del movimiento que estaban aun ligadas a concepciones políticas idealistas[1]. En 1910, se consideraba que “no existe una forma específica de la acción directa”[2]. Y el problema de los atentados, en otro contexto histórico, cuando la propaganda por el hecho era pan de cada día, fue tema de intenso debate. Todo el ciclo de 1880/1890 en Europa y, posteriormente en Argentina, atestigua esto. Hoy es insostenible hablar de un justificativo de ciertas acciones mentadas individuales por el “deseo del pueblo”, que es una abstracción universalista que no representa ni encarna a nadie. Esa vieja idea socialista de que la lucha se mide en avances y retrocesos (respecto al pueblo o al proletariado) no tiene en cuenta –por lo menos en su versión decimonónica o en su refrito acrítico siglo XXI- lo local de las luchas, que en otro proyectil reciente quedó dicho así: “Las barricada de lucha son múltiples, plurales, atópicas, y cada punto neurálgico donde se manifiesta la dominación y donde se luche en su contra necesita un cuerpo que grite “ANARKÍA”, no como deber ser, como fe, sino como irrespetuoso alarido y acción en constante devenir y mutación, que cuestione toda jerarquía, todo orden impuesto, toda autoridad. Todos los cuerpos refregados unos contra todos, cual gatos”[3]. Para que la Idea no sea ni programa ni utopía también tienen que repensarse los conceptos de individux y colectivx, las distinciones (falsas) entre lo público y lo privado, entre otras cosas pendientes.

Y por último, basta también del conventillo de la historia y la historiografía anarquista. Si se concibe la pasión libertaria, la anarquía, como una categoría clasificatoria que describe el modo político correcto e inmodificable de atacar la dominación encarnada en el estado y sus instituciones, se niega la anarquía misma de la que se pretende ser expresión práctica y teórica, y se corre el riesgo de volver a generar nuevas instituciones y dogmas cerrados y obtusos. El ejemplo del socialismo autoritario y sus trágicos epígonos debería haber bastado como suficiente ilustración para aquellxs que tanto gustan de los ejemplos históricos. Pero no, se insiste en los errores del dogmatismo, divisionismo y sectarismo del pasado, se instalan figuras míticas, se excomulga y se absuelve según el dogma de cada cual, se mide con el anarcómetro la cercanía o la lejanía respecto de un proyecto en movimiento al que se ha congelado en una sigla o en dos nombres o en tres textos canónicos[4].

Les dejo (parte de) una canción de la Polla Records para que cantemos juntxs y pensemos nuestros próximos pasos:

esclavos del trabajo esclavas del hogar
esclavos ignorantes sin mentalidad
seamos por un día capaces de pensar
esta mierda tiene que cambiar
los que mueren ya no pueden más la anarquía tiene que llegar
la violencia nos ayudará los que matan se acojonarán
vivo esperando a cobrar para gastarme todas las pelas
vivo esperando a cobrar para agarrarme una borrachera
la inteligencia se esconde de mí el miedo se comió al odio
de cuantas vidas la vida se fue sin intentar ni siquiera vivir
será que estamos tontos o estamos engañaos
o estamos enterrados en comodidad
los más tontos de todos nos tienen controlaos
esta mierda tiene que cambiar
los que mueren ya no pueden más la anarquía tiene que llegar
la violencia nos traerá el amor los que matan se acojonarán
hoy haré la revolución

**************************************************************

Hoy haré la revolución entonces.

Hoy voy a vivir como quiero que se viva en el futuro.

La Revolución tiene cuerpos

Cuerpos

Deseantes

Móviles

Interpelantes

Hoy el futuro ya es mejor

http://proyectilfetal.blogspot.com
http://fotolog.com/proyectil_fetal


[1] Como he comprobado -¡tristemente!- que muchos compañeros varones no se toman el trabajo de leer los textos que con tanta pasión y esfuerzo escribo, esta vez me ahorro el doble trabajo de buscar las citas como he hecho otras veces. Al que le interese, vaya a los textos de los autores citados y busque las citas solito. Están ahí, hay que leerlas nomás.

[2] Pouget, Emile: L’action directe, éditions CNT-FAI (s/f). Esta cita si la pongo porque no todxs leemos francés.

[3] Proyectil Fetal: “Atrévete te te te a un Anarco Feminismo Queer Abyecto”.

[4] En otro proyectil (“Observaciones a la Charla sobre Simón Radowitzky en la Biblioteca José Ingenieros Para no cometer los errores del pasado “) se dijo: “El mismo López Arango y Abad de Santillán sostuvieron que “nosotros hemos hecho escuela del divisionismo”.

miércoles, 5 de diciembre de 2007

impetuosa y frágil, ofrecida a las catástrofes


unos fragmentos de "nosotros dos aún" de michaux (1948), traducción sobre la de mattoni que publicó AH y la original.

aquí va entonces:

Lou
Lou
Lou, en el retrovisor de un breve instante
Lou ¿no me ves?
Lou, el destino de estar juntos para siempre
en que tenías tanta fe
¿Y bien?
No vas a ser como las otras que ya nunca más hacen una seña,
sumergidas en el silencio.
No, no debe bastarte a ti una muerte para separarte de tu amor.
En la pompa horrible
que te distancia hasta no sé qué milésima disolución
buscas aún, nos buscas un lugar
Pero tengo miedo
No hemos tomado bastantes precauciones
Debimos haber estado mejor informados,
Alguien me escribe que serás tú, mártir, quien velará por mí ahora.
¡Oh! Lo dudo.
Cuando toco tu fluido tan delicado, demorado en tu cuarto y tus objetos familiares
/que aprieto en mis manos
este fluido tenue al que siempre había que proteger
Oh lo dudo, lo dudo y tengo miedo por ti,
impetuosa y frágil, ofrecida a las catástrofes
Con todo, voy a las oficinas en busca de certificados
dilapidando momentos preciosos
que sería preciso emplear antes que nada entre nosotros, precipitadamente
mientras tiritas
esperando con tu maravillosa confianza que yo venga y te ayude a salir de allí, pensando "seguramente vendrá
Habrá tenido algo que hacer, pero no tardará
Vendrá, lo conozco
No va a dejarme sola
No es posible
No va a dejar sola a su pobre Lou..."

*
Yo no conocía mi vida. Mi vida pasaba a través de ti. Se volvía simple, ese gran asunto complicado. Se volvía simple a pesar de la preocupación.
Tu debilidad, yo era fuerte cuando se apoyaba en mí.

*
Dime, ¿es que verdaderamente no nos encontraremos nunca más?

*
Lou, hablo una lengua muerta, ahora que ya no te hablo. Tus grandes esfuerzos de liana en mí, lo ves, han logrado tener éxito. ¿Lo ves al menos? Es cierto, tú jamás dudaste. Hacía falta un ciego como yo, le hacía falta tiempo, le hacía falta tu larga enfermedad, tu belleza, resurgiendo de la debilidad y de las fiebres, hacía falta esa luz en ti, esa fe, para horadar al fin la pared caprichosa de su autonomía.


lunes, 3 de diciembre de 2007

Anarco Feminismo Queer Abyecto


Atrévete te te te a un Anarco Feminismo Queer Abyecto

“Lleno de teoría social, te faltaba algo.

Lo cogí yo, que iba detrás, era el sexo de tu revolución.”

La Polla Records

Teniendo en cuenta algunas de las respuestas recibidas por nuestra iniciativa Proyectil Fetal, es menester expresar más enfáticamente qué es nuestro feminismo anarquista, libertario, latinoamericano, sudaka, conchudo, queer e inconveniente para que junt*s pensemos en prácticas, modos e ideas, libertarias, cuyo reloj no atrase por lo menos un siglo con respecto a lo que está pasando hoy en las calles de l*s excluid*s y l*s anomal*s contra-hegemónicos.

El patriarcado no funciona por creencias; como el estado, podemos no creer en él, sin embargo nos oprime lo mismo. El patriarcado no necesita nuestra creencia, necesita nuestros cuerpos y nuestros cerebros. Más aun, el estado, la iglesia, y el patriarcado ha contribuido muy mucho a banalizar una representación unívoca del “feminismo” para neutralizar toda su fuerza contra-hegemónica.

Por el contrario, los feminismos, como las expresiones de género, son múltiples, e irreductibles a única lógica y categoría. Proyectil Fetal desea no presentarse como lo hacen las feministas locales que más prensa y visibilidad suelen tener (porque son habilitadas por los poderes antes mencionados justamente para hacer ver al feminismo como un sin sentido). Proyectil Fetal elige, no sin discusión y debate interno y externo, llamarse feministas, por las duras respuestas y los interpelantes cuestionamientos que este término aún suscita entre l*s supuest*s aliad*s de lucha. Combatir con una iniciativa de discurso, aka un proyectil, el mito de “el feminismo”, único, esencial…

Efectivamente, el patriarcado no es los varones, como tampoco varones solos son aquellos dotados de pene. Asimismo. existen mujeres tanto o más patriarcales que el más patriarcal. Así como lo femenino no es ni propio, ni exclusivo, ni privativo de lo que la sociedad a través del DNI, la medicina y otras instituciones denomina “mujer”, lo mismo ocurre con lo masculino. El patriarcado, dispositivo ideológico solidario con el capitalismo, cuya actitud tangible se denomina sexismo/machismo, no es ni propio, ni exclusivo ni privativo de aquello denominado “varón”. Más aún, las mujeres que acceden a espacios concretos de poder son a las claras patriarcales, aunque usen los artilugios de lo que la sociedad considera hoy femenino (vestidito, flores, taco alto). La HIStoria (como el feminismo angloparlante llama al relato oficial de los conquistadores y opresores, basándoles en “his”- pronombre posesivo masculino) es una historia (ficción) dominante escrita desde y por la hegemonía claramente patriarcal, que presiona, obnubila y elimina la diversidad, la heterogeneidad, lo divergente de todas las expresiones de género, animales, plantas, medioambiente, aunque en diferentes grados de prioridad. Otros epítetos que se le puede dar a la HIStoria son capitalista, autoritaria, represora, opresora, sin imaginación, sin cuestionamiento, totalitaria, acalladora. En cuanto a la ciencia (médica) y sus brazos armados, bueno, queda para otra comunicación donde discutiremos largo y tendido la noción autodestructiva y controladora positivista del progreso, tan cara a la izquierda, cuyo proyecto demostró con creces, ser capaz de las peores aberraciones.

Sin embargo, cabe destacar que en la antigüedad cuando no había siquiera aun estado, por ejemplo la cultura creto-micénica, 25 siglos antes de cristo, (de hecho, el estado es una convención y un fenómeno post revolución francesa, positivista, iluminista, industrial, moderno), también había opresión y exclusión de las expresiones de género no hegemónicas. Más aun, en las pocas pero nutridas experiencias históricas anti-estado (comuna de París, guerra civil española) también hubo opresión de expresiones de género divergentes.

El varón y la mujer no son los únicos sexos, ni los únicos géneros. Por suerte, existe un abanico mucho más nutrido de expresiones de género, genitalidades, corporalidades y práctica sexuales divergentes y contra hegemónicas no reductibles al binarismo sexual (varón/mujer). Hace más de medio siglo que los feminismos no se plantean que la lucha sea de las mujeres contra los varones. Pero sea dicho esto, sin una profunda auto-emancipación de todos los presupuestos naturalizados en nuestros cuerpos, productos de la sociedad de control, aún si el estado fuera abolido, la opresión y las prácticas de dominación contra cierto tipo de mujeres rebeldes y las expresiones de género divergentes persistirían. Y esto ya fue advertido a principio de siglo XX por la anarquista Emma Goldman, a cuyos textos habría que volver con la misma asiduidad con la que se visita a otros.

Nuestra manera de vivir y pensar las prácticas libertarias en constante reformulación es contra la dominación y las jerarquías que hacen hueso adentro de nuestro cuerpo. Ingenuo sería hoy pensar, con todas las experiencias que hemos tenido ya, con todo lo que nuestros antecedentes nos han legado, que abolida todas las instituciones, abolido el estado, se acabarán, sin más, mágicamente, las dominaciones, las hegemonías.

Una vez más. El machismo/sexismo es una actitud encarnada por cualquier expresión de género, dependiente del dispositivo ideológico patriarcado, solidario con el capitalismo, pero independiente de él (por eso ha habido patriarcado antes del capitalismo). Los feminismos no son lo opuesto del machismo, los feminismos no son actitudes contrarias a los varones, para segregarlos y hacerlos padecer; los feminismos, muchos de ellos, quieren la emancipación de los varones, pero no a costa de los cuerpos de los excluid*s y anomal*s. Los feminismos son ideologías, y como tales no todos son contra-hegemónicos. Los feminismos no terminan. Los feminismos se superan, devienen y el estado no es, desgraciadamente, el único enemigo verdadero.

Por eso la necesidad inmediata, la urgencia física, carnal, de que el anarquismo, revisando sus cimientos decimonónicos, se rejuvenezca en un feminismo puto contra hegemónico, que se atreva a hace estallar las bases mismas de la dominación contenida en nuestros corazones, formateados bajo esa lógica, con un crudo rechazo a todo dogmatismo, a todo dogmatismo.

Las barricada de lucha son múltiples, plurales, atópicas, y cada punto neurálgico donde se manifiesta la dominación y donde se luche en su contra necesita un cuerpo que grite “ANARKÍA”, no como deber ser, como fe, sino como irrespetuoso alarido y acción en constante devenir y mutación, que cuestione toda jerarquía, todo orden impuesto, toda autoridad. Todos los cuerpos refregados unos contra todos, cual gatos. Ni binarismo sexual, ni binomio sexo/género, de cuyas lógicas se desprenden las inequidades, las desigualdades, la división del trabajo y sus tareas. Ni ciencia ni ningún otro aparato ideológico de represión simbólico o concreto que nos discipline y controle. Y ante todo, el derecho a cambiar a modificarnos a equivocarnos.

Llamamos a l*s diver*s, anómal*s, los genitales contra hegemónicos que han sufrido en la carne la apropiación de sus cuerpos, l*s abyect*s, a unirse en anarquía, afinidad, y organización.

Tod*s l*s oprimid*s deben ser libres, de otr*s y de sí mism*s, esta barricada queer- abyecta feminista llena de pasión locura y fluidos se levanta con ese objetivo.

Nuestras vidas anhelan el riesgo de los días de la acción puta y subrepticia en callejones oscuros.

Tolerancia no es respeto

Respeto no es cambio

Cambio no es revolución

Revolución tiene cuerpos

Cuerpos

Deseantes

Móviles

Interpelantes

Ya nunca nadie podrá decirme éstas no son horas

temerosa

de la ley, tu ley

no temer sino decidir

el amanecer[1]


[1] Texto basado en poema de Juana Bignozzi del libro La ley, tu ley