miércoles, 29 de julio de 2009

lo que leo en las tardes de siesta en Asunción...



En el corazón y del seno de la inmanencia , Blanqui experimenta un modo de comunicación entre su existencia finita y el conjunto del universo. La originalidad de este desvío es transformar el ateísmo -con demasiada frecuencia confundido con el agnosticismo, o reducido a una simple negación- en afirmación, y alzar el materialismo al rango de fuerza activa. Después de decenios de dogmatismo o confusionismo, nos es necesario reaprender a practicar el materialismo y a valernos de él como de una fuerza de afirmación.
(del posfacio de Abensour y Pelosse a La eternidad por los astros de Blanqui)
tardes de siesta materialistas y ateas al sol, en la Comuna que me alberga tan gentilmente...
lo que queda de la agenda:
Miércoles 29 de julio, 17 horas: antiespecismo y peli "Terrícola" en La comuna20:25 horas, en aula del 4to curso psicologia comunitaria, Sicología UNA (Sajonia): Sexualidades Contra-hegemonicas. Organiza: materia abordaje comunitario I, equipo docenteDirección: aula del 4to curso psicologia comunitaria, Sicología UNA (Sajonia)
Jueves 30, 19 horas en La Comuna: Anarquismo y sexualidades infantiles avasalladasorganizan: La Comuna y Catarsis Colectiva Feminista (las Catas)Dirección: Cerro Corá 1564, entre Perú e Irrazaval, fono 200211
Viernes 31 en Aireana, 19 30 horas: Anarquismo, sexualidades v/s feminismo y queer: de La Voz de la Mujer a la Ley de Trata Dirección: Eligio Ayala 907 c/Tacuary Asunción - Paraguay Tel. 595 21 447976
Sábado 1 de agosto en La Comuna: POR CONFIRMAR, POSIBLE CAMBIO DE FECHA, A ACORDAR CON INTERESADXS, COMUNICATE CON LA COMUNA...desde las 15 horas:Talleres de Stencil y Fanzines Presentación de Fanzines ( El Látigo de Emma (Anarquismo disidente x Proyectil Fetal), Pido Perdon Zine (Cosas que pasan en la infancia x Laura Contrera), El Don de Creer (Poemas Anarquistas por Leonor Silvestri))

sábado, 25 de julio de 2009

noches raras: semana de PF en Asunción



Semana queer en Asunción con la colectiva Colectiva Libertaria D-género Proyectil Fetal, de ArgentinaOrganizador(a):
La Comuna de Emma, Chana y todas las demás
Tipo:
Educación - Taller
Red:
Global
Hora de inicio:
El lunes, 27 de julio de 2009 a las 19:00
Hora de finalización:
El Sábado, 01 de agosto de 2009 a las 22:00
Lugar:
La Comuna de Emma, Chana y todas las demás, Inecip, La Serafinay más
Calle:
Cerro Corá 1564 entre Perú e Irrazaval
Ciudad/Pueblo:
Asunción, Paraguay
Teléfono:
021200211
Dirección de correo electrónico:
antimililat@gmail.com

Descripción

Autonomía del Sujeto, Feminismo, Queer, expresiones de género, anarquismo, performances, poesía, documentales, fanzines, sexualidades, contra hegemonías,todo libre

Lunes 27 de julio, 19 horas en La Comuna de Emma, Chana y Todas las Demás:
Anarquismo y Autonomía del Sujeto: el caso America Scarfó y Severino Di Giovanni
Dirección: Cerro Corá 1564, entre Perú e Irrazaval, fono 200211

Martes 28, 18 horas en Inecip-Py: Anarquismo y expresiones de género más Performance Proyecto Marlene como devenir Trans… mas Proyectil Fetal Proyecta Trava (El Teje, Enérgico movimiento de la Voluntad., Post Porno masculino x Mathew Barney)

Organizan: Las Ramonas e Inecip-PYDirección: Ygatimy 375 c/Alberdi, fono 493 354/5

Miércoles 29 de julio, 20:25 horas, en aula del 4to curso psicologia comunitaria, Sicología UNA (Sajonia): Atención = por confirmar
Sexualidades Contra-hegemonicas. Organiza: materia abordaje comunitario I, equipo dcenteDirección: aula del 4to curso psicologia comunitaria, Sicología UNA (Sajonia)

Jueves 30, 19 horas en La Comuna: Anarquismo y sexualidades infantiles avasalladasorganizan: La Comuna y Catarsis Colectiva Feminista (las Catas)Dirección: Cerro Corá 1564, entre Perú e Irrazaval, fono 200211

Viernes 31 en Aireana, 19 30 horas: Anarquismo, sexualidades v/s feminismo y queer: de La Voz de la Mujer a la Ley de Trata Dirección: Eligio Ayala 907 c/Tacuary Asunción - Paraguay Tel. 595 21 447976

Sábado 1 de agosto en La Comuna: desde las 15 horas:Talleres de Stencil y Fanzines Presentación de Fanzines ( El Látigo de Emma (Anarquismo disidente x Proyectil Fetal), Pido Perdon Zine (Cosas que pasan en la infancia x Laura Contrera), El Don de Creer (Poemas Anarquistas por Leonor Silvestri)) Más Lectura de Poemas con micrófono abierto (Traer los poemas que te salvaron la vida…) a partir Más Cine :Nica Libre (Documental sobre lo que dejó la revolución sandinista)Tarnation (Bio-film sobre las familias disfuncionales americanas, el poder psi y las drogas)más Let the right one in (Película queer sobre vampiros y abuso infantil)organiza: La ComunaDirección: Cerro Corá 1564, entre Perú e Irrazaval, fono 200211

Invitan: La Comuna de Emma, Chana y Todas las Demás, Aireana por los derechos de las lesbianas, Las Ramonas feminismo joven, INECIP, Sicología Comunitaria UNA, Grupo de Afinidad Antimilitarista de Asunción, Revista Periférica y Proyectil Fetal
Organiza La Comuna de Emma, Chana y Todas las Demás

viernes, 17 de julio de 2009

we got the power...


pronto más información sobre el 3º encuentro estudiantil-docente libertario que se va a hacer en Bs.As. este agosto...

recuerden que la última semana de julio vamos a estar presentando zines y haciendo muchas actividades en Asunción! vamos a llevar mi pido perdón zine, el látigo de emma, lastamos dando, fuego, crear, multiplicadxs, etc. chequean la info en el blog del zine...

y este sábado me encuentran en el Festival Hey Folks! Van a tocar bandas, va a haber exposiciones, ferias varias y NO DJ's pasarán agradables musiquitas (desde Calypso, Mento, Early Reggae, Rocksteady, Jamaican Ska, Blue Beat, Alternative-rock, Art-rock, College-rock, Dream-pop, Shoegaze, Noise-pop, Post-rock, Post-punk revival, Freak-folk, Space-rock hasta Proto-Punk, Rockabilly, Traditional Punk of 77, Post-Punk, New Wave, Roots dub tradition & Dancehall, reggae roots & 2Tones!). La cita es en La Mosca, Entre Ríos 249, Pyñeyro este sábado 18 de julio a la una del mediodía.
Para llegar? en colectivo (desde capital): 45, 33, 85, 37, 79, 51, 100 (ramal lanus).
en colectivo (desde el sur): 247, 271, 570, 37, 277, 51, 45, 33, 100, 20, etc.
en tren desde el sur o constitucion: Estacion GERLI y de ahi 6 cuadras.
Entrada: 5 pesos

Fun People: B.O.A.O. (Babes organizándose agaist opression)

We got the power! BOAO! end of insultos, end of your threats We got the power! BOAO! no more cold shoewers, no more forbidden castigo for disobedience, castigo for freedom family tradition perpetuadez a culture of horror que humilla a la mujer and teachers children to lie. And spreads the pest of fear... fear! so much hatred and greed in this world. In this world!



lunes, 13 de julio de 2009

último texto de PF


Scarfó/Di Giovanni: una ética amatoria anarquista incomprendida

Proyectil Fetal
http://www.proyectilfetal.blogspot.com/
proyectilfetal@gmail.com

Para mis versos escritos tan temprano,
Que ni yo sabía que era poeta,
Brotados como gotas de la fuente,
Como chispas de cohetes
Como pequeños diablos irrumpiendo
En el templo, donde rige el sueño y el incienso;
Para mis versos sobre la juventud y la muerte,
Para mis no leídos versos
Dispersos, llenos de polvo, en librerías
Donde nadie los compra, ni los compraba…
Para mis versos, como para nobles vinos,
Su turno llegará
Marina Tsvietaieva

Estimo a aquel que aprueba la conjuración y no conjura; pero no siento nada más que desprecio por esos que no sólo no quieren hacer nada sino que se complacen en criticar y maldecir a aquellos que hacen.

El amor, el amor libre, exige aquello que otras formas de amor no pueden comprender. Y nosotros dos, rebeldes divinos (jamás nadie podrá llegar a nuestras cumbres), tenemos derecho a desagotar el pantano de la moral corriente y cultivar allí el inmenso jardín donde mariposas y abejas puedan satisfacer su sed de placer, de trabajo y de amor.
Severino Di Giovanni

Los hombres de mi vida han tenido tres características:
fueron inteligentes, anarquistas y muy guapos
América Scarfó

Magistradxs que se pasan la vida
Ocultado sus errores
Miran hacia vos y hacia mí
y la envidia les hace llorar
Morrissey

Argentina, 1931: Lo último del anarquismo de acción se extinguía con Severino Di Giovanni y su grupo de afinidad. A su compañera, América Scarfó, no se le permite ser testigo del fusilamiento de su amante y la de su hermano. Tres años antes, ella sola defiende la causa del Amor Libre y la Camaradería Amorosa en una carta a Armand frente a la actitud de repudio hacia Di Giovanni, 10 años mayor y casado.
¿Por qué aun hoy en medio de desarrollos incesantes sobre la Historia de las mujeres en el Anarquismo no se lee a América como activista? ¿Qué se reproduce cuando se invisibiliza la agencia de un individuo al que no se le permite salir del maniqueísmo víctima vs. acompañante? Así conocida como “la compañera de” o como “la abusada por”...
Es nuestra intención historizar el amor Scarfó/Di Giovanni, no solo para reivindicar la figura de una activista -oculta al trazo oficial del feminismo y el anarquismo-, sino también para, partiendo del análisis de las sexualidades como praxis revolucionaria de la época, abordar críticamente la cuestión de la autonomía del sujeto y la matriz de inteligibilidad que impide leer la potencia individual por fuera de los límites que el Estado impone artificialmente (mayoría de edad y libre disposición del cuerpo).
Esta breve intervención anarquista intenta, entonces, recuperar y reivindicar a América Scarfó como figura autónoma dentro del anarquismo local de su época, y a su sexualidad, emancipada y libre de los prejuicios de género de su tiempo. Recuperación necesaria debido a los maldicientes comentarios que sobre su compañero, Severino, sobrevinieron, y que la colocaron a ella, hasta el día de hoy[1], como una “niña víctima desprotegida y abusada”. Nos referimos, por ejemplo, a casos como el del escritor Álvaro Abós que censuró a Di Giovanni por haber “abandonado” a su mujer y sus tres hijos y que consideró la relación como una fijación narcisista propia de una personalidad inmadura aunque Di Giovanni se separó en buenos términos de su mujer, Teresina, y que recién afianzó su relación con Scarfó tres años después de haberla conocido. Es decir, cada vez que se menciona a Severino, se hace referencia por un lado a su relación con América en términos de criminalización pedofila, y por el otro en términos morales por el fin de su relación con su esposa, a partir del imaginario social.
Love Story

“No voy a ir a pedir nada, sino a recuperar algo que me pertenece”; tal las palabras, a los 86 años, con que Josefa América Scarfó se dirigió a el ex Ministro del Interior, Carlos Corach, cuando le devolvieron sus cartas de amor que hace más de 60 años le escribió su compañero, el anarquista Severino Di Giovanni.

Esas cartas dan cuenta de una relación no solo afectiva basada en lo sexual, sino desde la afinidad y la camaradería anarquista que se inició entre dos individuos que profesaban amor por la Idea cuando perseguido por la Policía, Di Giovanni, aceptó la invitación para instalarse en una habitación de la casa de los Scarfó, en Villa Ortúzar. Severino llegó allí con su esposa Teresa Mascullo y sus hijos. En ese lugar, con 24 años aproximadamente, conoció a la familia Scarfó y se enamoró de la menor de la familia, de 15, ella también anarquista junto a sus hermanos[2].

La relación se vio afectada no solo por los devenires y tempestades que acuciaban a lxs anarquistas de acción de la época, sino por un tendal de críticas que llevaron a América a dirigirse en una misiva al mismísimo Emile Armand, anarco-individualista mundialmente reconocido por su teoría y su práctica en el campo de las relaciones afectivas libres, y la camaradería amorosa anarquista[3]. La carta, fechada un 3 de diciembre de 1928, que por si sola es la réplica a las acusaciones contra el vínculo que ellxs entablaron y contra la invisibilización de las capacidades para discernir y un alegato de la madurez sexo-afectiva de América, se expresaba, anticipando incluso futuras habladurías, de la siguiente manera[4]:

“Tenemos que actuar, en todos los momentos de la vida, de acuerdo a nuestro modo de ver y de pensar, de manera que los reproches o las críticas de otra gente encuentren a nuestra individualidad protegida por los más sanos conceptos de responsabilidad y libertad en una muralla sólida que haga fracasar a esos ataques. Por eso debemos ser consecuentes con nuestras ideas... Soy una joven estudiante que cree en la vida nueva. Creo que, gracias a nuestra libre acción, individual o colectiva, podremos llegar a un futuro de amor, de fraternidad y de igualdad. Deseo para todos lo que deseo para mí: la libertad de actuar, de amar, de pensar. Es decir, deseo la anarquía para toda la humanidad. Creo que para alcanzarla debemos hacer la revolución social. Pero también soy de la opinión que para llegar a esa revolución es necesario liberarse de toda clase de prejuicios, convencionalismos, falsedades morales y códigos absurdos. Y, en espera de que estalle la gran revolución, debemos cumplir esa obra en todas las acciones de nuestra existencia. Para que esa revolución llegue, por otra parte, no hay que contentarse con esperar sino que se hace necesaria nuestra acción cotidiana. Allí donde sea posible, debemos interpretar el punto de vista anarquista y, consecuentemente, humano. En el amor, por ejemplo, no aguardaremos la revolución. Y nos uniremos libremente, despreciando los prejuicios, las barreras, las innumerables mentiras que se nos oponen como obstáculos. He conocido a un hombre, un camarada de ideas. Según las leyes burguesas, él está ‘casado’. Se ha unido a una mujer como consecuencia de una circunstancia pueril, sin amor. En ese momento no conocía nuestras ideas. Empero, él vivió con esa mujer varios años y nacieron hijos. Al vivir junto a ella, no experimentó la satisfacción que hubiera sentido con un ser amado. La vida se volvió fastidiosa, el único medio que unía a los dos seres eran los niños. Todavía adolescente, ese hombre toma conocimiento con nuestras ideas y nace en él una conciencia. Se convierte en un valiente militante. Se consagra con ardor y con inteligencia a la propaganda. Todo su amor no dirigido a una persona lo ofrenda a su ideal. … Ocurrió que las circunstancias nos hicieron encontrar al principio como compañeros de ideas. Nos hablamos, simpatizamos y aprendimos a conocernos. Así fue naciendo nuestro amor. Creímos, al principio, que sería imposible. Él, que había amado sólo en sueños, y yo, que hacía mi entrada a la vida. Cada uno continuó viviendo entre la duda y el amor. El destino –o más bien el amor– hizo lo demás. Abrimos nuestros corazones, y nuestro amor y nuestra felicidad comenzaron a entonar su canción en medio de la lucha y del ideal, que más impulso les dieron aún. …. Nosotros idealizamos el amor pero llevándolo a la realidad. El amor libre que no conoce barreras ni obstáculos. … También su mujer –a pesar de su relativo conocimiento– simpatiza con nuestras ideas. Últimamente ella dio pruebas de desprecio hacia los sicarios del orden burgués cuando la policía comenzó a perseguir a mi amigo. Fue así como la esposa de mi compañero y yo hemos llegado a ser amigas[5]. Ella no ignora nada de lo que representa para mí el hombre que vivía a su lado. El sentimiento de afecto fraternal que existía entre ellos le permitió a él confiárselo a ella. Por otra parte, él le dio libertad de actuar como ella lo deseara, tal como corresponde a todo anarquista consciente. … Pero he aquí que algunos se han erigido en jueces. Y éstos no se encuentran tanto en la gente común sino más bien entre los compañeros de ideas que se tienen a sí mismos como libres de prejuicios, pero que en el fondo son intolerantes. Uno de ellos sostiene que nuestro amor es una locura; otro señala que la esposa de mi amigo juega el papel de ‘mártir’, pese a que ella no ignora nada de lo que nos concierne, es dueña de su persona y goza de su libertad. Un tercero levanta el ridículo obstáculo económico. Yo soy independiente, como lo es mi amigo. …Aquí, en Buenos Aires, ciertos camaradas tienen del amor libre una idea verdaderamente exigua. Se imaginan que sólo consiste en cohabitar sin estar casados legalmente y, mientras tanto, en sus hogares siguen perdurando todas las ridiculeces y los prejuicios que son propios de los ignorantes. En la sociedad burguesa también existe esa clase de uniones que ignoran al registro civil y al cura. ¿Es acaso eso el amor libre? Por último, se critica nuestra diferencia de edad simplemente porque yo tengo 16 años y mi amigo 26. Unos me acusan de perseguir una operación comercial; otros me califican de inconsciente. ¡Ah, esos pontífices del anarquismo! ¡Hacer intervenir en el amor el problema de la edad! ¡Como si no fuera suficiente que el cerebro razone para que una persona sea responsable de sus actos! Por otra parte, es un problema mío y si la diferencia de edad no me importa nada a mí, ¿por qué tiene que importarle a los demás? Lo que quiero y amo es la juventud del espíritu, que es eterna. Hay también aquellos que nos tratan de degenerados, de enfermos y de otros calificativos de la misma especie. A todos ellos les contesto: ¿por qué? ¿Porque nosotros vivimos la vida en su verdadero sentido, porque rendimos un culto libre al amor? ¿Porque igual a los pájaros que alegran los paseos y los jardines nos amamos sin importarnos los códigos o las falsas morales? ¿Porque somos fieles a nuestros ideales? … Sé bien lo que hago y no tengo necesidad de ser aprobada o aplazada. Sólo que al haber leído muchos de sus artículos y al estar de acuerdo con varios puntos de vista, me pondría contenta de conocer su opinión.” [6]

Uno de los temas fundamentales de reflexión e inflexión del anarquismo tienen que ver, históricamente, con la sexualidad y la libertad amatoria. Los desarrollos de Emma Goldman a principio del siglo se refieren de manera implícita del amor en libertad, donde el amor no puede sino ser libre, y muere al ser instituido dentro del vínculo matrimonial. Goldman afirmaba en su texto conocido en la versión publicada en Argentina como “La trampa de la Protección” y fechada en 1917 (Anarchism and Other Essays ): “¿Amor libre? ¿Acaso el amor puede ser otra cosa más que libre? En libertad, se entrega sin reservas, con abundancia, completamente. Todas las leyes y decretos, todos los tribunales del mundo no podrán arrancarlo del suelo en el que haya echado raíces. El amor no necesita protección porque él se protege a sí mismo.” Ciertamente Goldman se refería a los vínculos heterosexuales en una época donde era virtualmente imposible que una mujer, o incluso un varón, evadieran su responsabilidad cívica y social de contraer nupcias e ingresar, de ese modo, al sistema de producción y reproducción del capitalismo al cual la anarco-feminista se oponía. Esos vínculos de camaradería amorosa en libertad eran relaciones abiertas opuestas a la monogamia, institución contingente nacida con el capitalismo. De hecho, en línea con el anarco individualista Armand[7], quien sostenía que el amor también puede consistir en querer, por encima de todo, la dicha de quien se ama, la monogamia, la pareja o la familia no era apta para desarrollar la concepción anarquista de la vida. Todo el planteamiento teórico del amor libre y la camaradería amorosa sostenida por ambos anarquistas desde diferentes latitudes no era sino un intento de dividir aquello que había sido ideológicamente unido (reproducción y sexualidad) y cuestionar la familia como Estado pequeño hasta cuando los progenitores son anarquistas. Tal como escribiría Rossi, periodista de La Comuna Socialista a finales del siglo XIX fundador del proyecto anarquista comunal de amor libre en Brasil llamado Colonia Cecilia: “Cambiemos los ritos y los nombres cuanto queramos, … pero mientras tengamos un varón, una mujer, unos hijxs, una casa, tendremos una familia, es decir una pequeña sociedad autoritaria, celosa de sus prerrogativas…”.
En ese caldo de cultivo, y con las ideas de Emile Armand por detrás de sostén y fundamento de lo que el deseo hace innegable, es insostenible suponer a una América Scarfó no autónoma y decisora de su devenir sexo-afectivo. Claramente, no se trataba de una “víctima” de la cual se aprovechó Di Giovanni debido a “su inmadurez sexual” sino de una anarquista comprometida con los temas que la interpelaban más de cerca: la sexualidad, el compañerismo, la superación de las contradicciones inherente a las relaciones familiares y afectivas entre lxs propixs anarquistas.
Ley, Orden y Progreso

La palabra pedofilia o mejor dicho paidofilia -del griego παiς, παιδóς, niño, y el verbo fileo, amar,- (definida por el Diccionario de la Real Academia Española como la atracción erótica o sexual que una persona adulta siente hacia niños o adolescentes) describe, de acuerdo a las corrientes psicológicas más tradicionales, una perversión sexual[8]. El Código Penal Argentino tipifica en su artículo 120 el delito anteriormente (y aun hoy popularmente) conocido como “Estupro” que implica la realización de conductas encuadradas dentro del abuso sexual, lato sensu, perpetrado por un mayor de edad con una persona menor de 16 años, “aprovechándose de su inmadurez sexual, en razón de la mayoría de edad del autor, su relación de preeminencia respecto de la victima u otra circunstancia equivalente.”

Los delitos sexuales figuraban en el Código Penal, hasta 1999, bajo la forma de delitos “contra la honestidad”, bien jurídico protegido en general, y estaban organizados en capítulos como los tipos penales que parecían además proteger otros bienes.[9] En esta línea, se ha definido la “honestidad” en nuestra cultura y nuestro sistema como una exigencia de corrección y respeto impuesta por las buenas costumbres en las relaciones sexuales. La ley 25087/99 reemplaza el título “Delitos contra la honestidad”, atendiendo a la fuerte carga ideológica del mismo, por el de “Delitos contra la integridad sexual”. Este reemplazo intenta superar los prejuicios de género[10] y las valoraciones morales subyacentes a la noción de “honestidad”, que: (1) condena todo ejercicio de la sexualidad que se desvíe de la norma y (2) deriva en la “culpabilización” de las víctimas. Así, el bien jurídico protegido ha variado su enunciado, de la criticada noción de “honestidad” a la vigente noción de “integridad sexual”. Sin embargo, esta noción no aparece claramente definida en la ley, lo que dificulta establecer efectivamente cuándo dicha integridad se vería comprometida. Si bien la noción de “honestidad” ha perdido estatus jurídico, sigue operando con vigor en virtud de los imaginarios que condicionan las emociones, las prácticas, y los pensamientos del conjunto social; de allí que – en el caso que nos compete- muchas personas, en especial cierto grupo de feministas, que consideren que lo que estuvo en juego en esta relación es la “honestidad” de América Scarfó. Recíprocamente, la noción de “integridad sexual” ha ganado estatus jurídico, universalizándose, pero no ha sido internalizada por el conjunto social. En pocas palabras, conviven un universal que hace al “uso y la costumbre” con un universal que responde al ordenamiento jurídico.

América Libre

Intervenir, entonces, en el nombre de la transformación significa precisamente irrumpir en lo que se ha convertido en conocimiento fijo y realidad cognoscible para usar la propia realidad. Si, como parece ser el caso de la joven América Scarfó, no somos reconocibles en nuestros logros, nuestras elecciones, nuestros deseos, nuestra conciencia operante, luego es imposible persistir como ser; y somos seres no posibles, hemos sido excluidxs de la posibilidad de existir. Incluso quien es oprimidx existe como sujeto de alguna forma puesto que para ser oprimidx hay que ser inteligible. Descubrir que se es ininteligible (que las leyes de la cultura y del lenguaje te encuentran imposible, e inaudible) es descubrir que todavía no se accedió acceso a la categoría de humano y que las normas que hacen algo reconocible no están de tu lado. La batalla por volver trabajar las normas, que producen las reglas y los principios de valorización, en las cuales los cuerpos son experimentados (su deber ser sexual, en este caso, o ser construida como mera víctima vulnerable de un varón) es crucial para deshabilitar la política de género de los feminismos hegemónicos bienpensantes, y para contestar a los ideales impuestos de lo que un cuerpo debe ser y como debe comportarse. Por otra parte, tal como señala Katherine Frankle, reducir el sexismo a lo que los varones le hacen a las mujeres significa perder de vista el sistema que produce el sexismo mismo, donde la subordinación de aquellos cuerpos biopoliticamente asignados como mujer es parte de una práctica social más amplia que crea cuerpos generizados: mujeres femeninas y varones masculinos[11].

En el debate por el poder de decisión y elección de aquellos cuerpos generizados la pregunta por qué se entiende por autonomía emerge por si sola. ¿Autonomía: un estado de individuación a priori de las relaciones de dependencia del mundo de los otros? ¿O por el contrario, una heteronomía que permite establecer lazos (de afinidad, afectividad, parentesco) que no se basen en el matrimonio ni en la familia como rector de la sexualidad y los vínculos? Luchar por la autonomía de lxs sujetos significa luchar para trascender los límites naturalizados de la comunidad y la familia, que rigen el deber ser de nuestra sexualidad, como ya dijimos, y redefinir los lazos de amistad. El anarquismo constituye ante todo una forma de existencia contra la dominación, la cual no se puede concebir sin una ética del hacer. Esta ética anarquista se confronta con la ética del deber ser. Se trata entonces de una ética que aspira, entre otras cosas, a acortar la brecha entre el decir y el hacer. Si bien esta tarea nunca puede completarse de manera total –puesto que la subjetividad es un proceso en constante devenir-, esta apuesta convoca a una responsabilidad que, en el marco de una crítica a las sexualidades modernas, y de sus prácticas, sostiene como condición sine qua non la producción de sexualidades y vínculos afectivos contra-hegemónicos, incluso por fuera del statu quo de la pacatería progresista.

Después del fusilamiento de Severino y Paulino en 1930 durante la presidencia de Uriburu, la joven América fue protegida por sus compañerxs de ideas. Durante los años posteriores, escribió artículos para diarios anarquistas europeos en defensa de los derechos de la mujer, -hoy de escueta circulación- y continuó con sus estudios, los cuales nunca abandonó ni de muy mayor. Tras la tragedia, América encontrará un nuevo compañero de ideas con el cual fundará la librería y editorial Américalee, durante muchos años, la librería libertaria más completa de la ciudad de Buenos Aires y la editorial que se dedicó a publicar todos los pensadores ácratas.

Alegría que rima con Anarquía significa ser capaz de interiorizar la ética, ética amatoria del deseo que circula libremente y se relaciona libremente con otro deseo, también libre. ¿Qué pasa entonces con el anarquismo de hoy que ve, como el de ayer, “pecado” o “delito” -no sabemos qué es peor- donde a las claras hay autonomía, alegría y ejercicio concreto no enunciativo de la libertad sexual? Como la vieja frase atribuida a Emma Goldman “Si no puedo bailar tu revolución no me interesa.”

[1] Sin ir más lejos, en el Encuentro Regional de Mujeres Anarquistas de Febrero de 2008, en el que fuera el Centro Social Tucuy Paj, en la región Sur, una conocida feminista libertaria acusó, publicamente, a Severino con los cargos de “pedófilo”. Mientras que recientemente, otra, dijo, al referirse a este personaje histórico, que se trataba de un “violín”, término que en Argentina es peyorativo y carcelario para referirse a los violadores. Este trabajo pretende entre otras cosas discurrir y debatir incluso con el Código Penal que tal persona desconocía o cómplicemente mal utiliza.
[2] Cf. Osvaldo Bayer. Severino Di Giovanni, el idealista de la violencia.
[3] Cf. Osvaldo Baigorria. El Amor Libre. Eros y Anarquía,
[4] El subrayado es nuestro.
[5] En archivo fotográfico se encuentran registros de América con lxs hijxs de Di Giovanni, para la época de su fusilamiento. Del mismo modo, hay datos de que Teresina habría re-comenzado una nueva relación, casualmente con otro anarquista.
[6] Bayer dice que antes de la carta, “una borrasca había enturbiado la relación de Severino y América. Las críticas de los compañeros, los impedimentos casi insalvables para continuar la relación, su propia situación familiar hacen crisis en América, quien le hará reproches a Severino y le dirá que termina con la relación... Como típica reyerta de enamorados, el reencuentro borrará todos los problemas y sellará la unión con más fuerza. De ese reencuentro saldrá la carta de América para L’en dehors, bajo el título de Una experiencia, publicada 20 de enero de 1929, junto con la respuesta de E. Armand: “Compañera: mi opinión importa poco en la materia de lo que me transmites sobre lo que haces. ¿Estás de acuerdo íntimamente con tu concepción personal de la vida anarquista o no estás de acuerdo? Si estás de acuerdo, ignora los comentarios e insultos de los otros y continúa tu camino. Nadie tiene el derecho de poder juzgar vuestra forma de conducirte, aun en el caso que la esposa de tu amigo fuera hostil a esas relaciones. Toda mujer unida a un anarquista (o viceversa) sabe muy bien que no deberá ejercer sobre él o sufrir de parte de él una dominación de cualquier orden”.
[7] “El amor entre anarcoindividualistas”, E. Armand en El Amor libre, Eros y Anarquia de Osvaldo Baigorria (comp.)
[8] No entraremos en debate y controversia por el uso de este término aquí. Baste decir simplemente que el uso que tanto Kraft-Ebbing en Scientia Sexualis como el mismo Freud lo utilizan para referirse a todas las prácticas sexuales “otras”, en especial no reproductivas, que otrora la iglesia denominaba como sodomía, depravación, etc.
[9] La fidelidad (adulterio), la libertad sexual (violación), el pudor (abuso deshonesto), la moral pública y la libertad (estupro), etc.
[10] De hecho, la ley anterior no penalizaba la violación ni al interior del matrimonio ni del concubinato.
[11] Cf. Judith Butler: What’s worng with sexual harrasment:761-762.

miércoles, 8 de julio de 2009

más sobre sexualidades infantiles avasalladas



Algunos fragmentos de este texto fueron publicados en el #2 de pido perdón zine . Después el texto mutó un poco y quedó así.

Lirios, rosas, mariposas: notas sobre nuestras sexualidades infantiles avasalladas.
Por Laura Contrera

Somos víctimas fatales de las cosas del Estado/somos víctimas fatales del estado de las cosas/ somos lirios, somos rosas, somos lindas mariposas
La Polla Records, Lirios

Aunque la indignación popular en materia de abuso infantil o el juicio unívoco al respecto parezcan decir lo contrario, coincido con Weeks en que el sexo intergeneracional no es un problema serio para la gran mayoría de las personas. Si bien no se trata de un vicio inédito (este tipo de relaciones ha existido en otra sociedades y ha merecido diferentes sanciones), en la actual condena a la pedofilia suele faltar un examen de lo que está implicado realmente en tales relaciones de poder. Un simple interrogante nos desvela, pero permanece sin respuesta: ¿por qué ocurre tan a menudo eso que la sociedad aparentemente rechaza con tanta vehemencia? Lo que abunda en las respuestas típicas suele reducirse a simple “ansiedad moral y confusión” : discursos que giran en torno a la perversidad y/o monstruosidad -natural o psíquica- de ciertas personas, preferentemente del sexo masculino, que no tienen cura ni rehabilitación posible. Lamentablemente, como ya ha sucedido a lo largo de la historia, ansiedades sociales legítimas –como la que nos ocupa- adoptan formas no deseables, con resultados menos deseables aún. Y aunque todxs parecen saber lo que hay que hacer a partir de ese juicio monolítico (linchamientos, castraciones, cárcel, listados infames, etc.), poco se hace en la realidad. Mucho ruido y pocas nueces.

La sexualidad ha sido considerada en Occidente, desde hace mucho tiempo, como uno de los lugares privilegiados por donde se cuela el peligro: “el punto frágil por donde nos llegan las amenazas del mal”, en palabras de Foucault. En este esquema, la infancia sometida al interés conservativo/ explotador del Capital y del Estado se delimitó como una zona precaria, rodeada de amenazas. Y la sexualidad que le es propia floreció como un terreno de especial fragilidad desde entonces. Intentar hoy una reflexión sobre las problemáticas relaciones entre la sexualidad infantil y la adulta que no repita los lugares comunes que se reproducen sin pausa poco tiene que ver con sofisticaciones intelectuales. Un problema urgente debería tratarse de manera seria. No necesitamos más de esos juicios monolíticos o esas explicaciones tan satisfactorias que ningún efecto producen en la realidad, salvo el de tranquilizar almas compungidas y cerrar todo debate que nos mueva a la acción.

El siglo XX ha visto el encumbramiento del “interés del niñx” como supremo bien de protección jurídico-estatal y la pertinente proliferación de legislación a tono. Ya ha sido explicado sobradamente por distintxs autorxs cómo la representación del “niñx rey” pronto vino a coexistir junto a la representación del “niñx víctima”. Ahora bien, esta conceptualización de lxs niñxs como víctimas -que la legislación reconoce, los medios de comunicación difunden y todxs constatamos en la realidad- poco servicio nos ha prestado. No sólo a la hora en que las indefensas criaturas quedan frente a frente con los monstruos que la sociedad crea, pero de los que jamás se hace cargo, sino también cuando se ponen en funcionamiento los mecanismos represivos posteriores a los hechos condenables. Menos que menos para prevenir que vuelvan a ocurrir estos hechos. El sistema que negocia con cuerpos niñxs, que produce deseo de cuerpos niñxs, es el mismo que legisla más medidas de protección y control. Y también es el mismo que no les cree y no toma en cuenta el discurso de esos niñxs-víctima en la mayoría de los casos. Como resulta evidente, no hay ninguna contradicción en esos términos.

Pero no creamos tampoco que por oponernos a la violencia contra la infancia estamos al margen de ese sistema. Corremos el riesgo de quedarnos sentadxs cómodamente del lado correcto, ese que es fácil de determinar. Para echar luz sobre esas formas intrincadas de poder y dominación que configuran nuestras sexualidades, como dice Weeks, hay que atreverse a sacudirse esa modorra e ir hasta el fondo de la pregunta. Y quizá escuchar lo que no es fácil de ser escuchado y decir aquello que no nos traerá miradas compasivas ni palmadas de aliento. Porque, como sensatamente escribió Eliacheff, “es necesario estar atentos a la representación del niño víctima que manejamos” , incluso con las mejores intenciones. Idealizar a la infancia no equivale a respetarla. Como explica Eliacheff, la toma de conciencia de la sociedad sobre la realidad del abuso infantil a lo largo del siglo XX y la abundancia de información que transmiten los medios masivos de comunicación sobre esas amenazas (que, de más está decirlo, día a día se hacen realidad en el seno familiar o extrafamiliar, en las calles o en los sitios donde se debería guardar y velar por lxs niñxs), se inscribe en un marco mucho más amplio: el lugar de la infancia, tal como se ha tejido pacientemente en las redes del poder de nuestra sociedad bienintencionada. Y ese lugar es claramente el de víctima, por más que se diga lo contrario o se lo disfrace de alguna otra cosa. Como planteó alguna vez Foucault, una sociedad de peligros en torno a la sexualidad ha, efectivamente, advenido. Y la constante ronda al son del peligro, la ansiedad y el miedo nos ha dejado inermes y sin dirección, impedidxs de pensar en términos políticos, es decir, de acción.

Es completamente hipócrita la explotación que hacen ciertos sectores de las intensas emociones que provocan las relaciones entre adultxs y niñxs en la mayoría de las personas. Y, nos guste o no, las medidas de control y castigo que se autorizan sobre esa base emocional no tienen como verdadero objetivo la prevención eficaz de ataques sexuales. Los resultados están a la vista. Con palabras altisonantes nos ponemos en guardia ante la mera mención de la cuestión que nos ocupa, pero evitamos cuidadosamente examinar la naturaleza de la respuesta punitiva que se está dando a los crímenes aberrantes que desvelan a la sociedad. Pedimos encierro o linchamiento para los monstruos inmorales, pero lxs niñxs siguen estando insegurxs en sus camas o en las calles. Aunque sabemos que, como escribió Weeks, los asuntos de la sexualidad son inevitable e ineludiblemente políticos, no iniciamos una reflexión sobre nuestras sexualidades infantiles avasalladas. Esa reflexión conduciría inevitablemente a cuestionarse tanto el estado de una sociedad que permite tal despliegue de poder sobre un sector de sus miembros –me refiero a lxs niñxs- así como también el tipo de respuestas que esa misma sociedad propone o impone ante determinadas situaciones. Mientras tanto, el turismo sexual se extiende como cualquier otra rama floreciente de esa industria y, todos los días y a toda hora, asistimos impávidxs a la exhibición de cuerpos cada vez más niñxs como deseables y consumibles. La perversión adulta es tanto un trastorno de la identidad como un estado de delincuencia y una desviación, con la que convivimos a diario: “esta sociedad es más perversa en cierto modo que los perversos a los que ya no sabe definir pero cuya voluntad de goce explota para mejor reprimirla después” .

Se ha dicho que el pánico en torno a la pornografía infantil y la pedofilia es inseparable de la negación por parte de la sociedad de las deficiencias y fallas de la familia. Yo extendería la acusación incluso a quienes creemos estar libres de todo pecado y prestxs por arrojar la primera piedra. Las cruzadas moralistas antipedofilia (como sucede en la actualidad con ciertas campañas contra la trata de personas o como sucedió, en otro tiempo y lugar, con el movimiento antipornografía), piden legislaciones más férreas a un sistema que, por definición, incluye en otros circuitos -al margen de la legalidad- las ganancias de los placeres prohibidos. A su vez, estas campañas -más allá de sus buenas intenciones-, pocas veces se preocupan en poner de relieve las causas que hacen que tantxs niñxs y adolescentes queden expuestxs en las calles y en las casas no sólo a los posibles ataques de monstruos sexuales o asesinxs seriales, sino también a la precariedad y falta de contención lisa y llana, en todas sus formas. ¿Es necesario acaso que haga la triste lista que, con la pobreza y la indigencia material y moral como base, abarca la falta de alimentación, de salud y educación, pasando por la ausencia de políticas concretas para los casos de abuso de sustancias nocivas, hasta la carencia de protección ante la acción policial o judicial, el abandono o los golpes, el odio racial, étnico, sexual o religioso? Pero claro, estamos acostumbradxs a este paisaje desolado. Ya no nos conmueve. Necesitamos la crónica de algún crimen sexual especialmente cruento para despabilarnos. Y comenzar otra vez la eterna letanía dirigida al Estado de derecho, ese donde el interés del niño siempre es rey sin corona.

Hay abuso en muchas relaciones intergeneracionales y éste es merecedor de sanción no porque la violencia en términos sexuales sea lo peor que puede pasarnos ni porque la mancha vaya a quedarse indeleblemente en nuestra piel, marcando un camino único –el de la normalidad o la anormalidad- en la gestión de los placeres. Hay abuso porque se fuerza una relación de dominación hasta el límite mismo de lo constitutivamente tolerable. Butler señala acertadamente que los debates en torno a la realidad del abuso sexual infantil tienden a definir erróneamente el carácter de esa explotación: “No se trata simplemente de que el adulto imponga de manera unilateral cierta sexualidad, ni de que el niño fantasee de manera unilateral con cierta sexualidad, sino que se explota el amor del niño, un amor que es necesario para su existencia, y se abusa de su vinculación apasionada” , dice. No hace falta suponer a unx niñx completamente inocente, mudx e indefensx –lo mismo vale para las mujeres, las personas trans o racializadas-para condenar toda forma de avasallamiento que se le ejerza. ¿Esto implica perder de vista la especificidad de esa relación de dominación –sea en el caso del abuso infantil o la violación sistemática de mujeres o trans? No, lo que implica es el esfuerzo por evitar la reproducción acrítica del discurso dominante, indiferente a las consecuencias que éste ha venido generando. Nuestra horrorizada conciencia moral nos escamotea ciertos datos de la realidad. Explica Eliacheff, tras años de dedicarse a tratar “víctimas” tanto de violencia parental como de violencia institucional, que no todxs los niñxs maltratadxs se vuelven pederastas o padres golpeadores, ni que ser fruto de una historia dolorosa lleva obligadamente a vivir en el sufrimiento permanente, ni, llegado el caso, a hacer sufrir al prójimo. Sería interesante desentrañar los mecanismos que llevan a unxs a convertirse en adultxs avasalladorxs, mientras que a otrxs se les reserva el papel de reproductor de nuevas víctimas para un sistema demasiado voraz.

El acuerdo social en torno a la protección de la niñez, que parece aunar a sectores progresistas, conservadores y revolucionarios, está asentado sobre un eje que es funcional al dispositivo que se dice combatir, aun desde posiciones tan disímiles. La alarma ante los peligros a los que está expuesta la infancia sacralizada, victimizada y acallada es el revés luminoso de la incapacidad completa de lxs niñxs en términos legales y de acción (es decir, lxs niñxs son titulares de derechos que no pueden ejercer por sí mismxs y no son partícipes –de acuerdo a su grado madurativo- de las decisiones fundamentales sobre aspectos que les conciernen personalmente). La idealización de la niñez encubre su invisibilidad: lxs niñxs no son vistxs como sujetos autónomos, sino que existen y pueden ser leídos sólo como objetos de protección y compasión o de abuso y abandono. ¿Cómo empezar a romper con la lógica que encadena invariablemente a las víctimas a un destino de padecimiento o de nuevas violencias? Y más aún, ¿cómo dotar de armas a aquellxs a quienes se define, precisamente, por su indefensión? Porque cuando se acentúa el carácter definitivo de los trastornos psíquicos que produce el abuso sexual infantil se acentúa inadvertidamente la situación de la víctima como tal. Y la víctima nunca tiene escapatoria.

Las políticas, medidas o acciones de muchxs que dicen enfrentar el sistema siguen tomando como presupuesto visiones de la niñez que poco tienen que ver con los horizontes revolucionarios que lxs animan. Aunque por motivos diferentes que los sectores conservadores, consideran que poner en primera persona la gestión de la autonomía personal tratándose de niñxs y sexualidad equivale a librarlxs a su aciaga suerte. No entienden que la necesidad evidente de implementar medidas eficaces de protección y contención no es incompatible con la postulación de la autonomía personal: la integridad corporal y psíquica es cosa que atañe en primer lugar a lxs mismxs niñxs, de acuerdo a su desarrollo psicofísico. Y entiéndase claramente que no son meras declaraciones de intención o maneras elegantes de eludir las responsabilidades que les caben a lxs adultxs a la hora de proporcionar las condiciones para el ejercicio de esa autonomía. La exigencia de la autodeterminación corporal no es cosa nueva. Lo que es más reciente en términos históricos es la falta de tecnologías de la subjetividad apropiadas para sostener nuestra fragilidad, ya que carecemos de herramientas aptas para repeler, detener o transitar los embates y peligros que esta sociedad engendra. Pero si no enarbolamos esta bandera de la autonomía para todxs, nos seguirán faltando estrategias de supervivencia tanto para aquellxs que están incluidxs de alguna manera en el sistema -la familia, la escuela- como para lxs que permanecen del otro lado: la “minoridad” que habita los tribunales y las calles.

Las herramientas para gestionar la supervivencia a los abusos de todo tipo, los elementos de sostén para empezar a prevenirlos de una vez, todo eso debe construirse junto con la reflexión acerca del funcionamiento y el papel que cumplen no sólo estas sexualidades adultas invasivas que causan conmoción y horror a diario, sino también otras formas de avasallamiento infantil. Sólo así estaremos en condiciones de dar una lucha digna de ese nombre. No se combate al enemigo con las armas del enemigo sin antes aprender a usarlas. Es preferible, sin duda, forjarse armas nuevas. Y eso no será posible sin acción y sin reflexión radical. Porque, ¿qué son las instituciones que nos oprimen sino pensamientos y acciones sedimentadas, fijadas, dadas cono inamovibles, naturalizadas? Nos queda para la próxima una reflexión exhaustiva sobre los límites de la autonomía personal y los parámetros que rigen algunas elecciones sexuales conflictivas y violentas.

De buenas intenciones no se vive. Se requiere de intervenciones lúcidas y reflexivas en la realidad para que algo empiece a cambiar. Si no queremos ser más víctimas fatales del estado de las cosas ni de las cosas del Estado habrá que empezar a pensar colectivamente nuevas formas de resistencia y autodefensa. Pero esto sólo es una opinión, no me anima el deseo de postularme como la voz de una imposible comunidad de sobrevivientes de abuso y violencia infantil: como decía Foucault, “se trata de pistas de investigación, ideas, esquemas, líneas de puntos, instrumentos: hagan con ellos lo que quieran”. Mejor aún, hagamos algo.

domingo, 5 de julio de 2009

...en los fuegos de la anarquía...


Rafael Barret:
Poner pie en la playa virgen,
agitar lo maravilloso que duerme,
sentir el soplo de lo desconocido,
el estremecimiento de una
forma nueva: he aquí lo necesario.
Más vale lo horrible que lo viejo.
Más vale deformar que repetir.
Antes destruir que copiar.
Vengan los monstruos si son jóvenes.
El mal es lo que vamos dejando a nuestras espaldas.
La belleza es el misterio que nace.


Cólera que te llevó a arrojar tu pluma
en los fuegos de la anarquía

Eterna Inocencia: Barret y las misiones

jueves, 2 de julio de 2009

Semana de Proyectil Fetal en Paraguay!



del 27/7 al 2/8 si no nos cierran las fronteras, en la casa comunal de lxs cumpas que hacen la revista antimilitarista anarquista queer feminista latinoamericana Periférica!
avisame si querés mandar tu zine, producción independiente o lo que sea...

Noches de Largo:

Nica Libre (Documental sobre lo que dejó la revolución sandinista)
Tarnation (Bio-film sobre las familias disfuncionales americanas, el poder psi y las drogas)
Let the right one in (Película queer sobre vampiros y abuso infantil)

Proyectil Fetal Proyecta Trava

El Teje
Enérgico movimiento de la Voluntad.
Post Porno masculino
x Mathew Barney

Té y Masas: Charlando con PF

Anarquismo y Autonomía del Sujeto: el caso America Scarfó y Severino Di Giovanni
Anarquismo y S/M: sexualidades contra-hegemónicas
Anarquismo y sexualidades infantiles avasalladas
Anarquismo y feminismo y queer: de La Voz de la Mujer a la Ley de Trata


Otros medios: Presentación de Fanzines

El Látigo de Emma (Anarquismo disidente x Proyectil Fetal)
Pido Perdon Zine (Cosas que pasan en la infancia x Laura Contrera)
El Don de Creer (Poemas Anarquistas por Leonor Silvestri)

Lectura de Poemas con micrófono abierto

Traer los poemas que te salvaron la vida…

Performance

Proyecto Marlene como devenir Trans…