jueves, 28 de febrero de 2008

I can hardly wait


PJ Harvey: Hardly Wait

I can hardly wait

It's been so long
I've lost my taste
Say angel come
Say lick my face
Let fall your drapes
I'd play the part
Open this mouth wide
Eat your (heart)

Ah
I can hardly wait

Lips cracked dry
Tongue blue burst
Say angel come
Say lick my thirst
It's been so long
I've lost my taste
Here Romeo
Make my waters break

Oh
In my glass coffin I am waiting


8 DE MARZO

proyectil fetal terrorismo poetico

estara performeando acá:

SALIMOS DESDE MERLO EN TRAFIC...MAS INFO EN BREVE !!!!

SABADO 8 DE MARZO ..... EN JOSE.C.PAZ ...!!!!

DIA INTERNACIONAL DE LA LUCHA FEMINISTA

...MINIMALISTAS

....ALERTA RADIO COMBATE

....EMOCIONES PERDIDAS

....HACIENDO NADA

Y MÁS...

EN LA CANCHA DE CARLITOS "EL PORTUGUES"

PIÑEYRO Y COPELLO - JOSE C PAZ

ENTRADA TOTALMENTE GRATIS!!!

L@S ESPERAMOS A TOD@S!!!!



miércoles, 20 de febrero de 2008

boicot antinatural



(este texto de christian ferrer lo recuperé de algún lado y va dedicado a la poeta ácrata)

El lugar común lo tiene por invento contemporáneo que sólo concierne a la clase media sofisticada o esnob. Nada más erróneo. El naturismo fue una doctrina ampliamente difundida desde finales del siglo XIX en Occidente y fogoneada, en especial, por los anarquistas, siempre preocupados por mejorar la calidad de vida de los trabajadores. Distintas vetas confluían en esa olvidada ecología social de los pobres: ideales existenciales de “buena vida”; la propaganda de la alimentación “proteínica-racional” en los barrios obreros; la difusión de la “biofilia”, el nudismo y el vegetarianismo; la creación de centros de medicina natural; la promoción de la “procreación conciente”; en suma, el naturismo como ideal de vida social. No faltaron, entre los anarquistas, comunas y restaurantes vegetarianos ni tampoco piquetes contra carnicerías. A sus escuelas, también llamadas “racionalistas”, la vivisección les era ajena; por el contrario, en ellas se enseñaba la vida de la naturaleza por medio de paseos por la ciudad destinados a identificar y escuchar a los pájaros, o bien inspeccionando los prósperos nichos de insectos bajo las baldosas. Un equilibrio posible entre existencia e historia olvidado hacia 1930. Vegetarianismo y anarquismo no conformaron una excentricidad ideológica sino una alianza entre política y cultura popular. Los pobres siempre se han nutrido de vegetales, pues la carne animal (conejos, jabalís, ciervos, ostras, faisanes, además de las reses) fue, y sigue siéndolo, un privilegio de ricos. En Occidente la práctica del vegetarianismo no tiene más de dos siglos, pero en China y en India hace miles de años que la comida está preparada a base de vegetales. Por cierto, los hindúes reverencian a las vacas, pero no dejan de ordeñarlas. Sin embargo, la necedad no deja de expandirse: el ganado necesita de alimento proveniente de tierras de cultivos que podrían ser usadas para nutrir a la especie humana con proteína vegetal; se destruyen bosques para hacer lugar a tierras de pastoreo; y las flotas pesqueras capturan un cincuenta por ciento de pesca inservible que sucumbe en el buque-factoría. Si se considera que los vegetales producen diez veces más proteínas que la carne cabe concluir que la industria de la proteína animal no colabora en la disminución del hambre en el mundo. Sólo un boicot podría detener esta trituradora.

Christian Ferrer, 2004.

viernes, 15 de febrero de 2008

el sexo de tus revoluciones


(es largo, pero vale la pena)


El sexo de tus revoluciones


Publicado en el Libertario Nº66- 2008

Por Proyectil Fetal




Nuestra época es dura para la pluma, ¿pero díganme, tullidas y tullidos, dónde, cuándo, que grande prefirió el camino trillado y facilón? La palabra es el adalid de la fuerza humana. ¡Adelante! Que los proyectiles del tiempo estallen detrás.


Vladimir Mayakovski, poeta suicidado por el Estado Soviético en 1930.


Si algo hemos aprendido de la muerte de la hegemonía del positivismo, (es decir, la concepción marxista – históricamente probada incorrecta- de que “la revolución” se lleva adelante científicamente, de la misma forma a través de los tiempos), es que las barricadas son múltiples, porque múltiples son las formas de sujeción y dominación. Del mismo modo, pensamos que el feminismo no es uno solo, único, unívoco y reducible a una sola voz o acción. Efectivamente, hay quienes encaran la lucha de los derechos civiles de la mujer, como hacían en el siglo pasado las sufragistas socialistas, provocando, así, contradicciones y exclusiones en busca de igualdad y reconocimiento por parte de la justicia, que sólo contribuyen a naturalizar las diferencias, legitimando el estado de las cosas. Pero el anarco-queer-feminismo es de otra índole: nuestra lucha no va a por la obtención de derechos, es decir, privilegios; por el contrario, llevamos acabo un acercamiento desviado a los dispositivos sociales de sumisión y dominio.De todas maneras, para quienes aún tienen dudas, baste decir que incluso en el anarquismo clásico desarrollado en Argentina a finales del siglo XIX y principios del XX, aparecieron editoriales apoyando al feminismo, que era un término de uso común en ese momento. Malatesta y Pietro Gori afirmaron las ideas feministas en sus diarios y artículos; La Questione Sociale (periódico de Malatesta en Buenos Aires) publicó “A las mujeres que estudian”, escrito por él mismo, y “A las proletarias” de Soledad Gustavo, entre otras obras. Más aún, la Federación Obrera Argentina reconoció la necesidad de la independencia económica de la mujer, para que, “a la par del hombre, luche por la independencia humana” (1903, tercer Congreso de la FOA); y el histórico V Congreso de la FORA, de 1905, resolvió “hacer propaganda tendiente a organizar a la mujer”, mandando a una compañera de gira por el interior.Hoy, la situación es otra. Aprendimos que aunque las mujeres votamos y trabajamos, a la par de los varones, aún estamos oprimidas, sojuzgadas y lo que es más, explotadas económicamente. Por eso, siguiendo el razonamiento malatestiano y de Emma Goldman, resulta menester que las mujeres nos organicemos entre nosotras para auto-emanciparnos. Nadie va a hablar por nosotras, del mismo modo que el anarquismo no habla en nombre del proletariado, como sí lo hace la vanguardia iluminada y autoritaria marxista. Es así que la vitalidad del anarquismo, sin estar de acuerdo con todos los feminismos, depende de poder tener hoy prácticas feministas; no como las organizaciones partidistas autoritarias que, cual toallitas para la menstruación, justamente para evitar desbordes y captar adeptas, fomentan sus “alas femeninas”, pero siempre colocándolas un par de escalones por debajo de “La GRAN LUCHA”. No, el anarquismo no tiene un solo sujeto de la revolución, ni una sola lucha que se derive de este sujeto. Quienes todavía insisten en la cuestión “principal” y “secundaria” afirman que las individualidades deben subsumirse en pos de ese objetivo principal, y así ostentan un modo de pensar que remonta a la tradición cristiana. La revolución ya comenzó. No existe lo que el marxismo ha sabido llamar “enemigo o cuestión principal”, frase que tiene, tristemente, cabida entre más de una individualidad que se considera a si misma libertaria y/o anarquista. Las prioridades estratégicas, las emergencias inmediatas no son atemporalmente siempre las mismas, ni algo que pueda ser comprimido a “lo primordial”.Hoy sabemos otras cosas, que incluso las anarco feministas en otro tiempo, como Juana Rouco Buela, desde su publicación Nuestra Tribuna, o las editoras anónimas anarquistas de La Voz de la Mujer no podían saber: que lo personal es político, es decir social; que el patriarcado, orden político, que sojuzga a las mujeres y todas las expresiones de género no hegemónicas[1], no es un fenómeno nuevo producido por el capitalismo, aunque sea solidario con este, y que incluso persiste sin estado; y que nuestros cuerpos están transidos por diversas variables de explotación y opresión, solidarias entre ellas (clase, género, sexo, raza, geografías, regiones, etc.). Las resistencias anarco-queer feministas giran en torno a la cuestión de “quiénes somos” y “cómo hemos llegado a ser” lo que somos, rechazando la violencia simbólica y material que anula la individualidad, atacando el poder, donde sea que se encarne, independientemente de la institución que lo represente de manera visible. Su cuestionamiento incesante permite exorcizar al sujeto del feminismo y aunar no sólo a las mujeres oprimidas sino también a todas esas expresiones de género disruptivas y divergentes, porque vivimos ese “ser mujer” contra-hegemónicamente, dado que el patriarcado, cuya actitud tangible se denomina sexismo/machismo, no es ni propio, ni exclusivo, ni privativo de aquello denominado por el estado “varón”.El feminismo anarco queer embiste contra la sujeción, contra la sumisión de la subjetividad, contra lo que somete a las individualidades incluso a sí mismas. Nuestra barricada, nuestra inserción de lucha es la vida, cada pequeño instante, inclusive dentro de nosotr*s: toda manifestación del poder, conciente o velada, que nos sujete a los modelos identitarios, incluso al del “buen anarquista”. Nuestra manera de vivir y pensar las prácticas libertarias queer feministas, en constante reformulación, se alza contra la dominación de género y las jerarquías sexuales que hacen hueso adentro de nuestro cuerpo, para sostener una individualidad propia frente al avasallamiento de los poderes sexuales, de todo aquello que constriñe las expresiones y construcciones de esa individualidad de género. La vida cotidiana no es una abstracción ni pretende convertirse en una generalidad que niegue otras barricadas posibles o las ya existentes, porque el poder circula, no está tan simplemente encarnado en un único lugar al que se puede destronar. No es un solo puño que pega el golpe más fuerte y gana por knock-out, somos un campo minas, que se detonan a cada paso.Por eso, la necesidad inmediata, la urgencia física, carnal, de que el anarquismo, revisando sus cimientos decimonónicos, se rejuvenezca feminista, queer, abyecto, anormal, tullido, contra-hegemónico, que se atreva a hace estallar las bases mismas de la dominación contenida en nuestros corazones, formateados bajo esa lógica, con un crudo rechazo a todo dogmatismo, a todo dogmatismo, incluso resistiendo al proceso en esta sociedad de devenir mujer para construir otras masculinidades. Un feminismo anarco queer que desestabilice las normatividad de las formas hegemónicas de la identidad sexuada para crear nuevas definiciones de sujeto. Repitámoslo, las barricadas de lucha son múltiples, plurales, atópicas, y cada punto neurálgico donde se manifiesta la dominación y donde se luche en su contra necesita un cuerpo queer abyecto que grite “ANARKÍA”, no como deber ser, como fe, sino como irrespetuoso alarido y acción en constante devenir y mutación, que cuestione la supremacía de la raza humana.A partir de estas luchas que describimos surgirán identidades, placeres, cuerpos, nuevos, prácticas de libertad, porque la sexualidad puede ser una posibilidad de creación artística, resistente al cuerpo heterosexual y la heteronormatividad, que responde a la división del trabajo de la carne donde cada órgano es definido, unívocamente, por su función reproductora del sistema. Nuestra iniciativa no tiene por objetivo la liberación de las mujeres de la dominación masculina basada en una diferencia sexual. Somos una multitud de diferencias monstruosas irrepresentables que nos permite salir de la lógica dialéctica y binaria sexo/género (varón/mujer) que supone una estructura de dominación vertical y sin fisuras, donde a un lado están los varones y al otro las mujeres, o a un lado los poderosos y al otro los oprimidos. Al contrario, creemos que el complejo sistema existente pone en marcha múltiples relaciones de poder donde es siempre posible resistir y desarrollar una lucha.Es más, sin una profunda auto-emancipación de todos los presupuestos sexuales, de género, genitales, naturalizados en nuestros cuerpos, productos de la sociedad de control, aún si el estado fuera abolido, la opresión, el autoritarismo y las prácticas de dominación contra cierto tipo de mujeres rebeldes y expresiones de género divergentes, persistirían. Ingenuo sería hoy pensar, con todas las experiencias que hemos tenido ya, con todo lo que nuestros antecedentes nos han legado, que abolida las instituciones, abolido el estado, se acabarán, sin más, mágicamente, las dominaciones, las hegemonías, el patriarcado. Y el hecho de que no podamos todavía dar por tierra con todas aquellas instituciones históricas, no significa que no podamos al menos intentar no vivir bajo su preceptiva, oponerle nuestros cuerpos, nuestras prácticas sexuales contra-hegemónicas, nuestra otra forma de expresarnos.Ni binarismo sexual, ni binomio sexo/género, de cuyas lógicas se desprenden las inequidades, las desigualdades, la división del trabajo y sus tareas. Ni ciencia ni ningún otro aparato ideológico de represión, simbólico o material, que nos discipline y controle. Y ante todo, el derecho a cambiar, a modificarnos, a equivocarnos. Somos individualidades anarquistas no jerárquicas, organizadas en afinidad, que se articulan en torno a iniciativas estratégicas de género (no por plataforma, dogma o canon), donde en confianza y conocimiento mutuo se construyen relaciones a voluntad para el desarrollo de las potencialidades de quienes la integran.La transformación de todo el sistema en el que vivimos no es sin transformación individual, sin crítica interna a todo lo previamente aprendido y acción. Llamamos a l*s diver*s, anómal*s, los genitales contra hegemónicos que han sufrido en la carne la apropiación de sus cuerpos, l*s abyect*s, a unirse en anarquía, afinidad, iniciativa y organización donde exista una lucha y esfuerzo constante por establecer modos distintos de relacionarnos para vivir hoy como nos gustaría vivir mañana.

Continuará….


[1] Dicho muy rápidamente, por cuestiones de espacio, por expresiones de género no hegemónicas nos referimos a las travestis, las identidades trans, las personas intersex, y todo aquel cuerpo disidente que practique la subversión de la heternormatividad asignada.

lunes, 11 de febrero de 2008

sin dios sin marido sin patrón sin partido



gran flyer gran...y un texto muy bueno llegado desde francia vía méxico...

¿Se puede ser anarquista sin ser feminista?

"Sed pues abierta y enteramente anarquistas, y no un cuarto, un octavo o un dieciseisavo de anarquista, del mismo modo que se es un cuarto, un octavo o un dieciseisavo de agente de cambio"
J.Déjacque a P.J. Proudhon

¿Machista, pero anarquista? Hemos podido leer en un artículo titula "La cadena o las bragas" firmado por el Grupo Libertario de Ivry las siguientes palabras a propósito de Proudhon: "Se puede ser anarquista y defender el peor de los machismos". Es posible, pero lo que no dicen los autores del artículo es si tal declaración es legítima. Joseph Déjacque, hace más de un siglo, era más radical cuando interpelaba así a Proudhon (admirándolo, por otra parte): "No se considere anarquista o séalo hasta el final". Me parece interesante hacer un breve viaje al siglo XIX con el fin de ver cuáles eran por entonces los vínculos entre anarquismo y feminismo. En efecto, si la misoginia de Proudhon ha constituido durante mucho tiempo un referente para la clase obrera, se olvida muy a menudo que en época se elevaron otras voces que fueron comprendidas. Joseph Déjacque o André Léo, respondiendo a las tesis inadmisibles (y no anarquistas) de Proudhon, demostraron hasta qué punto los ámbitos políticos y privados estaban indisociablemente ligados y afirmaron que no se puede uno considerar anarquista si no es feminista. Me parece importante recordar estos viejos debates de hace más de un siglo, porque si con frecuencia nos lamentamos que los anarquistas hayan sido eliminados de la historia oficial, olvidamos también decir que los anarquistas feministas forman parte de la historia del anarquismo.. .

Los vínculos entre feminismo y anarquismo en el siglo XIX

Si sobre la cuestión del feminismo los anarquistas del siglo XIX han estado por detrás de sus ideas revolucionarias, y si, siguiendo a Proudhon, se oyeron numerosas declaraciones antifeministas en los medios revolucionarios, anarquistas o socialistas, existe no obstante una corriente feminsta que se opone, en el seno mismo del anarquismo, a la ideología dominante. Se puede considerar que nace con Joseph Déjacqu, que se enfrenta a Proudhon en el tema de los derechos de las mujeres.
Joseph Déjacque (1821-1864) puede ser considerado discípulo de Proudhon y de Fourier. Pierre Leroux ve en él al principal representante del anarquismo en Francia. En un artículo sobre los orígenes de las teorías socialistas (1885) escribió: "Ya no es Proudhon, en efecto, el que puede representar hoy a esta secta, debido a la conclusión final (la mujer esclava de la autoridad marital) a que ha dado lugar. Hacía falta otro. El estandarte de la libertad está hoy en manos de uno de sus discípulos, de un anarquista mucho más en serio que él. Se trata de Déjacque". En una carta dirigida a Proudhon en mayo de 1857, Déjacque demuestra cómo Proudhon, al negar los derechos de las mujeres, se muestra "igual que sus amos". Déjacque plantea el reto esencial de la igualdad de lso sexos: una revolución que hace desaparecer una forma de alienación pero que deja subsistir otra forma de dominación no es tal. La familia que defiende Proudhon, basada en el orden patriarcal, "concede al patriarcado lo mismo que el gobierno representativo es para la mayoría absoluta". La esclavitud de la mujer tiene consecuencias a la vez directamente políticas (hablamos aquí del principio de autoridad absoluta) y morales: del mismo modo que ningún hombre puede ser libre sin que lo sean los demás, ningún ser masculino podrá considerarse independiente mientras mantenga a las mujeres en situación de inferioridad, porque "quien ha sido amamantado por una esclava tendrá sangre de esclavo en sus venas"- Negar los derechos y la inteligencia de la mujer es reproducir lo que hacen los burgueses y aristócratas cuando niegan los derecho y la inteligencia al proletariado. Joseph Déjacque es uno de los primeros, junto a Proudhon, en reivindicar el término anarquista (tras la revolución de 1848); de origen popular y autodidacta elaboró y publicó, él solo, Le libertaire en el exilio.
Pero no fue el único, a finales del siglo XIX, que insistió en la construcción de la igualdad entre hombres y mujeres como condición del anarquismo. En la "conquista del pan" (1892), Kropotkin insiste en la alienación producida por el trabajo doméstico, y se enfrenta explícitamente a los revolucionarios que quieren la liberación del género humano sin trabajar por los derechos de la mujer. Mencionaremos igualmente a André Léo, una de las escasas feministas [francesas] cercanas al anarquismo. Ella no sólo lucha en el terreno de las leyes, sino también en el de las mentalidades. Lejos de limitarse a exigir el sufragio universal, se opone sobre todo a los revolucionarios poco consecuentes: los revolucionarios de la calle son muchas veces reaccionarios en sus hogares. Ataca, por tanto, al sistema patriarcal en "La mujer y las costumbres". En "Monarquía o libertad" escribe en respuesta a las tesis misóginas de Proudhon, donde denuncia a los llamados partidarios de la libertad que se convierten en déspotas cuando entran en sus casas, y afirma que un Estado en el que la mujer está oprimida no puede ser sino autoritario.
Este género de críticas ha sido largamente recogido en los periódicos de la época, especialmente en los de Jean Grave. La Revolté, por ejemplo, reproduce el 17 de febrero de 1889 una carta de un lector que se indigna porque "los peores revolucionarios [ciertos revolucionarios] son soberanos no sólo en el hogar y a la mesa, sino también en la cama, donde transforman a sus mujeres en prostitutas" : En Le Trimard, en 1896, el escritor anarquista Mécislas Golberg denuncia el hecho de que la mujer haya sido situada en el rango de la propiedad, e invoca a los revolucionarios: "Nosotros, seres sociales y antifamiliares, debemos ante todo hacer a la mujer consciente de su fuerza social". Golberg va más allá al esbozar una visión radicalmente distinta de la sexualidad. A diferencia de otros colectivos poco inclinados a abordar los problemas de la vida sexual, los anarquistas consideran a menudo la liberación sexual como parte de la emancipación integral del individuo. En sus "Cartas a Alexis (historia sentimental de un pensamiento) " podemos leer, en el capítulo titulado "Del amor", lo siguiente: "El amor es el sentimiento que una voluntad extraña nos da de nuestra propia voluntad. A menudo se produce entre personas de sexo distinto, otras veces entre gentes del mismo sexo. Eso importa poco en el fondo [...] yo creo que hombre y hombre, o mujer y mujer pueden también formar una unidad. Es ridículo creer que toda división de la materia viva establece contradicciones" .
Vemos, pues, que incluso en el siglo XIX, hay suficientes anarquistas conscientes del vínculo entre política y sexualidad, que han comprendido la necesidad de un feminismo anarquista, para poder dispensar de esta tema a Proudhon.

(Le monde libertaire)

martes, 5 de febrero de 2008

we're worse than queer



el dispositivo no se te presenta y dice "hola, cómo va, voy a normalizarte y hacerte a polite girl", sólo pasa. aunque también sé que todo lo que devengo es obra mía y de la contingencia que me hizo ser lo que soy, con todas sus posibilidades...

por suerte otrxs hablaron más claro que yo...

BIKINI KILL: "Suck My Left One"

Suck My Left One take one. Let's go
Suck my left one

Sister, sister where did we go wrong?
Tell me what the fuck we're doing here
Why are all the boys acting strange?
We've got to show them we're worse than queer

1, 2, 3, 4

SUCK MY LEFT ONE, SUCK MY LEFT ONE

Daddy comes into her room at night
He's got more than talking on his mind
My sister pulls the covers down
She reaches over, flicks on the light
She says to him :

SUCK MY LEFT ONE, SUCK MY LEFT ONE

Mama says : You have to be a polite girl
You have got to be polite
Show a little respect for your father
Wait untill your father gets home
Fine, fine, fine, fine, fine, fine, fine

domingo, 3 de febrero de 2008

Historia de un error


Cómo el mundo verdadero acabó convirtiéndose en una fábula

Historia de un error

(Friedrich Nietzsche, El crepúsculo de los ídolos)

1. El mundo verdadero, asequible al sabio, al piadoso, al virtuoso, -él vive en ese mundo, es ese mundo.

(La forma más antigua de la Idea, relativamente inteligente, simple, convincente. Transcripción de la tesis «yo, Platón, soy la verdad»).

2. El mundo verdadero, inasequible por ahora, pero prometido al sabio, al piadoso, al virtuoso («al pecador que hace penitencia»).

(Progreso de la Idea: ésta se vuelve más sutil, más capciosa, más inaprensible, -se convierte en una mujer, se hace cristiana...).

3. El mundo verdadero, inasequible, indemostrable, imprometible, pero ya en cuanto pensado, un consuelo, una obligación, un imperativo.

(En el fondo, el viejo sol, pero visto a través de la niebla y el escepticismo; la Idea, sublimizada, pálida, nórdica, königsburguense).

4. El mundo verdadero -¿inasequible? En todo caso, inalcanzado. Y en cuanto inalcanzado, también desconocido. Por consiguiente, tampoco consolador, redentor, obligante: ¿a qué podría obligarnos algo desconocido? ...

(Mañana gris.Primer bostezo de la razón. Canto del gallo del positivismo).

5. El «mundo verdadero» -una Idea que ya no sirve para nada, que ya ni siquiera obliga, -una Idea que se ha vuelto inútil, superflua, por consiguiente una Idea refutada: ¡eliminémosla!

(Día claro; desayuno; retorno del bon sens y de la jovialidad; rubor avergonzado de Platón; ruido endiablado de todos los espíritus libres)

6. Hemos eliminado el mundo verdadero: ¿qué mundo ha quedado?, ¿Acaso el aparente?... ¡No!, ¡al eliminar el mundo verdadero hemos eliminado también el aparente!

(Mediodía; instante de la sombra más corta; final del error más largo; punto culminante de la humanidad; INCIPIT ZARATHUSTRA).