jueves, 27 de diciembre de 2007

this night has opened my eyes


This night has opened my eyes. Apuntes para iniciar un nuevo recorrido.

This night has opened my eyes. And I will never sleep again. (The Smiths, “This night has opened my eyes”, BBC Sessions, 1983)

“No sólo hay que escribir para una misma. Hay que escribir también para otros. Para lejanas y desconocidas mujeres que vivirán algún día” (Alexandra Kollontai)

En el prólogo que introduce su recopilación de ensayos Diferencias, Teresa de Lauretis habla de un itinerario, de un recorrido intelectual, personal y político suyo a través del feminismo. En mi caso, deberé ser más modesta. Primero, porque no hay itinerario mío que pueda marcarse con hitos significativos ni en el feminismo ni en ningún otro movimiento. Sólo hay ciertos rastros, pasajes, ritos de iniciación y despedidas que trazan huellas y anuncian otras venideras en pos de una experiencia -o varias- que aún está haciéndose. Y deshaciéndose, como nos recuerda Judith Butler en su última compilación de escritos. Y segundo, porque este es el primer intento de bosquejar algo así como un ensayo. Esto que se escribe no introduce a nada que ya tenga una forma más o menos definida. No da cuenta de un trabajo al que se pueda mirar con orgullo o fastidio, pasible de crítica, sino que quiere ser el comienzo de otra cosa, que aún está por verse.

Por eso el epígrafe, tomado de una canción de The Smiths, que viene a sumarse a las palabras de la Kollontai o a otras grandes y bellas palabras que otra mujer, Virginia Woolf, dejó dichas en Un cuarto propio o en La olas, por mencionar dos de sus obras. Esta noche me ha abierto los ojos. Y temo que si no hago algo al respecto, jamás volveré a dormir tranquila. Por eso lo escribo. Una suerte de mezcla de “impulso narcisista de la auto-afirmación de un sujeto sexuado mujer”, como decía De Lauretis[1], con cierta veleidad intelectual no reñida con un activismo inquieto, impetuoso y pasional. Intento –siempre precario- de mantener los ojos y los oídos abiertos ante las interpelaciones de la realidad. Intento –aunque ínfimo- de iniciar el recorrido de la acción, otra vez y todas las veces que hagan falta.



[1] De Lauretis, Teresa: “Genealogías feministas. Un itinerario personal”. En Diferencias. Edición horas y HORAS, Madrid, 2000.-

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