Foucault decía en 1975 que aún “queda por estudiar de qué cuerpo tiene necesitad la sociedad actual”. Por suerte, ya se le han añadido varios capítulos no sólo al proyecto interminado e interminable de la historia de la sexualidad y las cartografías de las sociedades disciplinarias y de control, sino también a los caminos esbozados en sus últimos artículos y entrevistas. En esta entrevista de 1975 a la que hice referencia, Foucault cita algunos de los contraefectos de la “sublevación del cuerpo sexual”: la explotación económica de la erotización o el control bajo la forma de la estimulación: desnúdate, pero sé bronceadx, hermosx, delgadx…
“En el contexto contemporáneo, ‘cuidar de sí’ dejó de remitir a la preservación de costumbres y valores burgueses –una preocupación constante en lo que atañe al enriquecimiento del alma, los sentimientos y las cualidades morales- para canalizar sus ceremonias hacia el cuidado del cuerpo físico.”
“Si en los viejos tiempos protagonizados por la subjetividad ‘sentimental’, hechizados por el ideal del amor romántico y aceitados por el dispositivo de la sexualidad, los sufrimientos individuales sangraban como deseos insatisfechos que se estrellaban contra las rígidas normas sociales; hoy, en pleno declive de la ‘interioridad psicológica’ y de todo aquel paradigma subjetivo, muchas aflicciones parecen emanar de la inadecuación corporal. Por eso, el nuevo cuidado de sí exige grandes dosis de disciplina y fuerza de voluntad, y la moralización consecuente llega a ser implacable al juzgar a aquellos que no logran adecuarse: los indolentes, los incapaces, los débiles.”
“Esos dos extremos del drama corporal contemporáneo parecen tocarse hoy en día, parodiando al capitalismo contemporáneo como una fabulosa máquina de producción de exceso y falta al mismo tiempo. Así, muy bien delimitados en términos socioculturales y económicos, el fantasma del hambre y el fantasma de la gordura horrorizan a los sujetos contemporáneos de modos bastante diferentes e inclusive contradictorios (y, tal vez, probablemente complementarios). En ambos casos, aunque de forma perversamente distinta, se impone el mismo sacrificio: no comer.”
Paula Sibilia, Pureza y sacrificio. Nuevos ascetismos por el “cuerpo perfecto” (en revista "Artefacto" 6)
2 comentarios:
Me parece que lo de “aparentemente contradictorio” se resuelve entendiendo a los mismos cuerpos como objetos de consumo: deben satisfacer, - y estimular- el apetito del consumidor.
¿Cuándo fue escrito ese artículo?
Una cosita. Si todavía no comiste pegate una vueltita por acá, y vas a ver lo que un troglodita medievaloide opina de Foucault. Acordate: andá con el estómago vacío.
ay! ya había visto alguna vez el blog del tomista desagradable ese...pero lo de foucault! esa gente no se merece siquiera un comentario.
y el artículo es de ahora, de la última revista artefacto.
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