miércoles, 24 de octubre de 2007

Peret


Dice, con dolorosa actualidad, Benjamín Peret en el “Manifiesto de los exegetas” de 1946: “todo es lo mejor en el mejor de los mundos trotskistas puesto que todo lo que dijimos se ha verificado, y si, por ventura, la realidad se bate en duelo con alguna de nuestras previsiones, se echa un púdico velo sobre esta fastidiosa realidad que se obstina en contradecirnos con la esperanza de que modifique pronto su aspecto”.

6 comentarios:

Unknown dijo...

no van a entender ja

aldo pellegrini dijo...

esa frase, algo hay en ella. no sé, será que es demasiado obvia. o será que seguía siendo, torpemente, una ruptura imposible al interior de un universo discursivo que no admite fisuras -alguien ha dicho por ahí que el lenguaje es un fenómeno stalinista, totalitario y algo de razón tiene.
perét lo sabía, pero trataba en vano de dialogar con esa, su tradición. con todo lo que él significa para mi, para nosotrxs quizás, especie de mensaje cifrado de una posición imposible, me quedo con otros versos que saben decir mejor el deseo aquél que no cesa de batirse con el gris colorete de estos días.

«De todos los sentimientos que conmueven el corazón del hombre, el deseo de libertad es ciertamente uno de los más imperiosos y su satisfacción es una de las condiciones esenciales de la existencia. Por eso, cuando el hombre se ve privado de ella, no tiene sosiego hasta no haberla reconquistado; de tal modo que la historia podría limitarse al estudio de los atentados contra esta libertad y de los esfuerzos de los oprimidos para sacudir el yugo que les fue impuesto. Si el deseo de libertad está hasta tal punto arraigado en el corazón del hombre, ¿no es paradójico que se la haya dejado arrancar aunque sólo sea una vez? De hecho, su brutal supresión, provocada por agudas crisis, parece súbita en la medida en que la evolución que a ella conduce permanece desapercibida.
[…]
En efecto, es como si el hombre nunca aspirara tanto a la libertad como cuando la pierde; sin duda porque constituye, para el espíritu y para el corazón, el oxígeno sin el cual el individuo no puede sobrevivir. Si el ser físico no puede vivir sin aire, el ser sensible, sin libertad, no puede sino marchistarse y degenerar.
Así considerada, la libertad se convierte en un elemento casi físico y de un valor inapreciable cuando se desvanece. Es una concepción rudimentaria, casi animal, de la libertad. De modo que, mientras el hombre no consiga superar este nivel, será fácil privarlo de esta libertad elemental que, cuando falta, vuelve al individuo totalmente incapaz de ver más allá del círculo que lo encierra. Primera conclusión: debe tomarse conciencia de la libertad una vez que ha sido conquistada y defenderla celosamente contra todos los ataques.»

El quilombo de Palmares

traído desde: http://maesehuvi.blogspot.com/2007/08/benjamin-pret-o-el-pensamiento-potico.html

Martin dijo...

Acá hay muchas internas... nunca entendí la gresca entre anarcos y troskos. Me perdí un capítulo de la primer temporada.

aldo pellegrini dijo...

sencillo, algunos han querido liberarse del dispositivo-estado a través del dispositivo-estado y así les ha ido. han sido capturados, producidos por la forma-separada-estado. en fin.

ironía del dispositivo.

por mi parte, sólo diré con Perét:

libertad, libertad querida.

punk luddita dijo...

seguiste el recorrido de mi pensamiento, querido. iba a subir precisamente "los ojos del viento".

punk luddita dijo...

y q buena síntesis, gastis, de la gran trifulca. apuntaste al corazón de la cuestión.