lunes, 15 de junio de 2009

Kerouac



de Los vagabundos del Dharma:

El mundo no debe ser tan malo cuando producía tipos como Japhy, pensé, y me sentí contento. El dolor de todos mis músculos y el hambre eran bastante desagradables, y las oscuras rocas que nos rodeaban, el hecho de que no hubiera nadie que te calmara con besos y palabras suaves, de que estuviera allí sentado meditando y pidiendo por el mundo con otro joven vehemente...era algo bueno haber nacido para morir, aunque sólo fuera para eso, como nos ocurría a nosotros. Algo saldrá de todo esto, amigos míos, en las Vías Lácteas de la eternidad desplegándose ante nuestros mágicos ojos sin envidia. Tuve ganas de contarle a Japhy todo lo que pensaba, pero comprendí que no importaba y además, en cualquier caso, él ya lo sabía, y el silencio es la montaña de oro.

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