viernes, 31 de agosto de 2007

una (s) más de la polla records


El interrogante psicoanalítico, que es el interrogante de la histérica (y del histérico): ¿qué es ser una mujer? La pregunta que no cesa de dirigirse a una misma en cualquier diván: ¿quién soy yo? La respuesta está en las calles, escribió alguna. ¿Y en las casas? Tomamos la viñeta de una canción de La Polla Records, ¡¡Ou yea!!: cocinar, lavar, fregar, el cuidado de los niños, de la abuela y del perro, el teléfono, la tele, la radio, alguien en la puerta, cualquiera tiene un mal día. Un mal día todos los días. “El 54% de las mujeres que trabaja lo hace en negro. Además, las mujeres siguen cobrando salarios que son 32% menores que los salarios de los trabajadores varones. Y a sus tareas en la fábrica, la empresa o el hogar de otra familia, hay que agregar el cuidado de los niños y los ancianos y las tareas domésticas del propio hogar que siguen recayendo sobre sus espaldas, en una doble jornada laboral” (declaración de la agrupación Pan y Rosas hacia el XXI Encuentro Nacional de la Mujer). Dice Evaristo en Hoy haré la revolución: esclavos del trabajo, esclavas del hogar.

Hoy haré la revolución

Hoy haré la revolución en mi coche nuevo
hoy haré la revolución por fin compré este objeto de deseo
comprar es vivir hoy haré la revolución
tener algo más hoy que ayer comprar es vivir
vivo esperando a cobrar para gastarme todas las pelas
vivo esperando a cobrar para agarrarme una borrachera
esclavos del trabajo esclavas del hogar
esclavos ignorantes sin mentalidad
seamos por un día capaces de pensar
esta mierda tiene que cambiar
los que mueren ya no pueden más la anarquía tiene que llegar
la violencia nos ayudará los que matan se acojonarán
vivo esperando a cobrar para gastarme todas las pelas
vivo esperando a cobrar para agarrarme una borrachera
la inteligencia se esconde de mí el miedo se comió al odio
de cuantas vidas la vida se fue sin intentar ni siquiera vivir
será que estamos tontos o estamos engañaos
o estamos enterrados en comodidad
los más tontos de todos nos tienen controlaos
esta mierda tiene que cambiar
los que mueren ya no pueden más la anarquía tiene que llegar
la violencia nos traerá el amor los que matan se acojonarán
hoy haré la revolución


martes, 28 de agosto de 2007

The Smiths


THIS NIGHT HAS OPENED MY EYES

In a river the colour of lead
Immerse the baby's head
Wrap her up in the News Of The World
Dump her on a doorstep, girl
This night has opened my eyes
And I will never sleep again

You kicked and cried like a bullied child
A grown man of twenty-five
Oh, he said he'd cure your ills
But he didn't and he never will
Oh, save your life
Because you've only got one

The dream has gone
But the baby is real
Oh, you did a good thing
She could have been a poet
Or, she could have been a fool
Oh, you did a bad thing
And I'm not happy
And I'm not sad

A shoeless child on a swing
Reminds you of your own again
She took away your troubles
Oh, but then again
She left pain
So, please save your life
Because you've only got one

The dream has gone
But the baby is real
Oh, you did a good thing
She could have been a poet
Or, she could have been a fool
Oh, you did a bad thing
And I'm not happy
And I'm not sad
Oh ...
And I'm not happy
And I'm not sad
Oh ...
And I'm not happy
And I'm not sad


A deeply evocative and under-rated song, based on Shelagh Delaney's "A Taste Of Honey" (the film adaptation of the play being a Morrissey favourite). Indeed it borrows several lines from the play (see Sources).
This BBC version is the only one to be officially released. It's in no way under par though, as with other BBC versions, so it doesn't really matter. I don't really understand why the group were happy to throw this song away in a such a manner, however. One of the finest things about this song is the bassline which complements the guitar part and the vocal beautifully. I love it.
http://www.compsoc.man.ac.uk

(la versión que hace At the Drive-In me encanta también)

miércoles, 22 de agosto de 2007

conejas y gallinas


Conejas y Gallinas se llama el tema más logrado de la Polla Records sobre la mujer. En un par de estrofas desfila ante nosotros la opresión doméstica y sexual de la “ama de casa”, las enseñanzas del “Buen Dios” y el rol siniestro del Estado. Las letras de la Polla son directas, no conocen metáforas. Evaristo las escupe así, sin más. No tienen finales felices la mayoría de las veces. Muchas veces no tienen un final directamente. Estas “conejas y gallinas” de las que habla la canción no saben por qué, pero no pueden elegir. Y no hay mucho más que hacer. No es que creamos que la Polla tenga qué enseñarnos cómo. Pero vendría bien repasar un poco la lección de siglos de patriarcado.

Ya en 1847, Marx y Engels -además de lanzar al mundo la consigna más agitativa que se pueda imaginar: “Proletarios del mundo, uníos”-, escribían sin que les temblara la mano que “para el burgués, su mujer no es otra cosa que un instrumento de producción”. Claro que ya Flora Tristán o socialistas “utópicos” como Fourier habían denunciado la hipocresía y la doble moral de los burgueses en temas candentes como el infanticidio, la mujer como mercancía en el matrimonio y en la prostitución y cosas por el estilo.

Para los socialistas revolucionarios, la opresión de la mujer es una consecuencia de la división de la sociedad en clases, lo cual es agravado por el modo de producción capitalista. Algo de esta idea está presente en la lírica de La Polla, donde es tan evidente el enfrentamiento entre los desposeídos y los burgueses, los “hipócritas católicos”, los “demócratas y cristianos”. La presencia del capitalismo, del Estado que lo defiende y de sus cuadros políticos, militares y religiosos es una constante en las letras. También su “odio a los partidos”, como dice el título de otra de sus canciones. Pero quedará para otra vez la visión anarquista sobre estas cuestiones.

“Conejas y gallinas”

Tengo 39 años
Soy una mujer
Limpio el polvo de mi vida
Que no me deja ver
Sé que sufro para nada
Y mi sombra vive presa
De muchos porqués
Quien, quien sabrá porqué vivo así
Esclava de mi casa
Lavo, friego, limpio y abrillanto
Curro mucho, pero aunque me canso
Cada noche debo ser
Prostituta por deber
No soy nada, yo no pienso
Y no estoy aquí
De política no entiendo
Total, que
A unos pelos en el pecho
he de obedecer
una chorra y dos pelotas
tienen el poder
quien, quien sabrá porque vivo así
debajo de un imbécil
no, no, no quiero mas miedo
pero el buen DIOS
y así me lo enseñaron
aunque no quise hizo de mí
prostituta por deber
yo, yo sufro de los nervios
y tomo muchas clases de pastillas
y en mis sueños creo ser
prostituta por deber
soy la fábrica de carne
mis hijos son del estado
y soy una prostituta
y soy una prostituta
y soy una prostituta
No puedo elegir.

lunes, 20 de agosto de 2007

existirán tales poetas


En una carta a Paul Demeny, del 15 de mayo de 1871, Rimbaud decía: “Existirán tales poetas! Cuando se rompa la infinita servidumbre de la mujer, cuando viva por ella y para ella, cuando el hombre, — hasta ahora abominable, — le haya dado la remisión, ¡también ella será poeta! ¡La mujer hará sus hallazgos en lo desconocido! ¿Serán sus mundos de ideas distintos de los nuestros? — Descubrirá cosas extrañas, insondables, repulsivas, deliciosas; nosotros las recogeremos, las comprenderemos”.

Dos observaciones: ya existen tales poetas. Y existían también entonces, aunque quizá estaban “lavando los platos y acostando a los chicos”, como escribió Virginia Woolf en Un cuarto propio. Y no necesitamos la remisión del hombre, como una gracia, sino hacerla nosotras mismas.

Algunas de estas mujeres:

Juanita Bignozzi:

vuelvo a pintar las flores de mi juventud
vuelvo a ver el amanecer
sin temor
ya nunca nadie podrá decirme éstas no son horas
veo amanecer como una mujer no como una joven temerosa
de la ley tu ley
el acero de esta luz para una mujer sola
que no debe temer sino decidir

(de La ley tu ley)

vean esta entrevista también, no sé el porqué, pero me gustó:

www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/4-3090-2006-07-12


Patricia Pietrafesa (Resistencia zine, voz de las She-Devils, entre otras cosas):

Yo sirvo más para editar un reportaje movilizador u organizar Belladona que para ir todos los jueves a una asamblea barrial. Cada uno elige su lugar (si puede) y el mío es éste. También mi lugar es componer canciones y emocionar de alguna manera, expresar mi visión del mundo (pequeño, retorcido y limitado mundo el mío), y que todos tengan la posibilidad de hacerlo. Yo voy a tambalear (seguro), dudar y perderme en fatalidad cotidiana, pero cuando tengo mis buenos días sé que debo aprovecharlos, y estoy en eso justamente ahora”.

Leonor Silvestri: chequeen la lectura del pasado jueves (sí, existen tales poetas y también existen terribles poetas y gente que no, que no es poeta ni nada que se le parezca, pero también hay poesía dicha con pasión y que no es sólo una colección de grandes palabras o de gestos).

http://www.youtube.com/watch?v=HWcpYCH7csU
http://www.youtube.com/watch?v=PIWtDl8r8-Q

y este otro link:

http://www.youtube.com/watch?v=ajR8sg7EsXI (como lo dice la misma Leonor, el patriarcado esta en todas partes).

miércoles, 15 de agosto de 2007

Diez


“ese río que –vos lo sabés bien- nunca llegará a ser mar”*


No, un único hecho no puede explicarlo todo. Pero un único hecho sí puede obturar lo suficiente como para aislarnos limpiamente de nuestros propios y anteriores días. Siempre hacia adelante, sin saber verdaderamente hacia dónde, pero sin mirar atrás. Ni siquiera dolorosa esa mirada hacia la infancia, sino imposible. Siempre hacia adelante, sin nostalgia y sin ira. Tan desarmada, tan impedida. Eso que me amordazaba, lo misteriosamente prohibido.

No una retórica de víctima, ya lo he dicho. Sólo que me he puesto a andar, tras los pasos perdidos. Hacia atrás. El tiempo como un río. Hacia atrás, sin nostalgia y sin ira. Pero todo mío el tiempo, las palabras y los ríos. “Lo que hizo de mí”, lo que de mí yo hice, los ojos que vuelven tras los pasos abriendo camino a poderosos caudales. La infancia y su perfume, sus texturas y colores, sus sonidos viejos.

Dejar el pasado en su lugar. Y en su lugar el presente también. Como un río de plata donde puedan reflejarse la luna y las estrellas. Un río que pasa entre orillas de abundante vegetación, fluye y se lleva todos esos restos, despojos mortales, negras hojas secas. No, no “estaré toda la vida junto a los límites de las palabras”[1]. Porque les crecieron alas, porque ya saben volar y acompañan ligeras lo que río abajo y río arriba se desliza –hacia ningún lugar al que se pueda volver.


[1] Virginia Woolf, Las olas.

* Eterna Inocencia, "Viejas esperanzas"

sábado, 11 de agosto de 2007

Bertolt Brecht: La infanticida Marie Farrar


1

Marie Farrar, nacida en abril,
menor, sin señas particulares, raquítica, huérfana,
hasta el presente no fichada, dice haber
asesinado a un niño de la siguiente manera:
Que ya en el segundo mes intentó
en lo de una mujer que vivía en un sótano
abortarlo con dos inyecciones, que declara
fueron dolorosas. Pero no quiso salir.
Y a ustedes, les ruego, se abstengan de juzgar
Pues toda criatura necesita ayuda de todas las demás.

2
A pesar de ello dice haber pagado en el acto
lo convenido y desde entonces haber usado faja,
también bebió kerosen con pimienta molida;
pero que todo eso no hizo sino provocarle diarrea.
Que su cuerpo se hinchó a ojos vistas y que tuvo
dolores agudos, mientras lavaba los platos, muchas veces.
Ella misma, dice, aún no había dejado de crecer.
Que le rezó a la virgen, con mucha esperanza.
En cuanto a ustedes, les ruego, se abstengan de juzgar,
Pues toda criatura necesita ayuda de todas las demás.

3
Al parecer, las oraciones no dieron resultado.
También, era mucho pedir. Cuando se puso más gruesa
le daban mareos durante la misa. Sentía el cuerpo húmedo
de miedo, cuando se arrodillaba al pie del altar.
Sin embargo, mantuvo en secreto su estado,
hasta que finalmente la sorprendió el parto.
Pudo ocultarlo todo, seguramente porque nadie creía que ella,
tan sin gracia, hubiera caído en la tentación.
Y a ustedes, les ruego, se abstengan de juzgar
Pues toda criatura necesita ayuda de todas las demás.

4
Que ese día, según ella, muy de madrugada
al lavar la escalera sintió que le clavaban
uñas en el vientre. El dolor la estremecía.
Y, sin embargo, logró disimularlo.
Todo el día. Mientras cuelga la ropa
la cabeza le estalla: de repente se da cuenta
que va a parir y siente un gran peso
sobre el corazón. Sólo muy tarde sube al cuarto.
Pero a ustedes, les ruego, se abstengan de juzgar
Pues toda criatura necesita ayuda de todas las demás.

5
La llamaron de nuevo cuando ya se había acostado:
había nevado y tuvo que barrer.
Así hasta las once. Aquel fue un largo día.
Sólo entrada la noche pudo parir en paz.
Y dio a luz, así declara, a un niño varón,
a un hijo que era igual a otros hijos,
pero ella no era igual que otras madres,
eso quiero aclararlo sin ironía y sin mayor motivo.
En cuanto a ustedes, les ruego, se abstengan de juzgar
Pues toda criatura necesita ayuda de todas las demás.

6
Dejémosla que siga relatando
lo que con ese hijo pasó
(dijo que no pensaba guardarse una palabra)
para que todos lo sepan y se ubiquen.
Dice que a poco de acostarse sintió intenso malestar,
sin saber qué podría ocurrir,
pues estaba sola, y que se forzó a no gritar.
Y yo a ustedes, les ruego, se abstengan de juzgar
Pues toda criatura necesita ayuda de todas las demás.

7
Con sus últimas fuerzas, dice que luego,
como su cuarto estaba helado, se arrastró
hasta el retrete y allí (no recuerda exactamente
en qué momento), sin más vueltas, parió
hacia el amanecer. Dice que entonces se sintió
muy confusa, y luego, ya medio congelada,
porque en el baño de servicio entra la nieve,
apenas tuvo fuerzas para alzar al niño.
En cuanto a ustedes, les ruego, se abstengan de juzgar
Pues toda criatura necesita ayuda de todas las demás.

8
Luego, entre el baño y la pieza -dice que hasta entonces
no había pasado nada-, la criatura
comenzó a gritar, eso la alteró de tal manera,
que la golpeó con ambos puños y con fuerza,
ciegamente, dice, hasta que se calló.
Luego de ello se llevó el cuerpito consigo
a la cama por el resto de la nochey de mañana lo escondió en el lavadero.
Pero a ustedes, les ruego, se abstengan de juzgar
Pues toda criatura necesita ayuda de todas las demás.

9
Marie Farrar, nacida en abril,
muerta en la prisión de Meissen
madre soltera, sentenciada, quiere
mostrarles los sufrimientos de todas las criaturas.
Ustedes que dan a luz en limpias
camas de maternidad y llaman
"benditos" a sus vientres preñados, por favor,
no condenen a los débiles perdidos
pues sus pecados fueron duros y su dolor fue grande.
Por eso, les ruego, se abstengan de juzgar
Pues toda criatura necesita ayuda de todas las demás.

martes, 7 de agosto de 2007

Huelga de inquilinos, mujeres, escobas y anarquismo


Nos sumamos a la conmemoración. Pero D’Atri olvida mencionar el rol de los y las anarquistas. La FORA en 1906 instrumentó una intensa campaña de agitación en los conventillos por el tema de los alquileres. Una vez desatado el conflicto, la organización no vertical del mismo, su relación con el movimiento obrero y su perfilamiento como conflicto en contra de la propiedad privada más que por la baja del alquiler, nos muestran la inequívoca influencia libertaria. Que para finalizarlo se haya apelado a la Ley de Residencia, la típica ley "antiananquista" no es casual. Queda para la próxima el análisis de las posturas anarcas y las del PS...

1907 - CIEN AÑOS DE LA HUELGA DE INQUILINOS – 2007
“Barramos con las escobas la injusticia de este mundo”
Por Andrea D’Atri


“Ocho mujeres cargaban a pulso el féretro del niño asesinado por la policía comandada por Ramón L. Falcón. Pero el camino hecho a pie, desde Barracas hasta Chacarita era largo, entonces se turnaban con otras mujeres. Aunque en algún punto hubo que dejar el cajón en la calle para defenderse de la represión policial que ni a los muertos respeta. Detrás del ataúd, cerca de 700 vecinas de los conventillos encabezaban una columna de más de 5.000 trabajadores que abandonaban talleres y fábricas para concurrir al sepelio del joven mártir. Era un cortejo imponente de los vecinos más pobres de Buenos Aires.” Era el mes de octubre del año 1907 y con esas palabras, la joven anarquista Juana Rouco Buela describía uno de los enfrentamientos entre vecinos y policías con el que culminaba la huelga de inquilinos que había comenzado en agosto.

El censo municipal de 1904 ya señalaba que, por cada casa, habitaban 12 personas; más del 10% de la población de la Ciudad de Buenos Aires, vivía en conventillos. Mientras una familia tenía que arreglarse con una o dos habitaciones, debía pagar casi la mitad del salario de un obrero por ese pequeño espacio. ¡Ocho veces más que en París o Londres!
En agosto de 1907, ante el anuncio de un futuro aumento de impuestos, los propietarios se apresuraron a subir los alquileres, desatando la furia de los inquilinos. El puntapié inicial lo dieron los vecinos del conventillo de Ituzaingó 279, en Barracas, que se rehusaron a pagar el alquiler. La medida se extendió rápidamente a otros conventillos de la ciudad y pronto adhirieron inquilinos de las localidades del sur del Gran Buenos Aires y de otras ciudades del interior del país.


La huelga de las escobas

Las mujeres fueron protagonistas indiscutibles de este levantamiento de los trabajadores y el pueblo pobre que vivía hacinado en las ciudades. “En el conventillo de la calle Chile 864 se produjo un gran desorden debido a que se presentó un oficial de justicia con una cédula de demanda contra uno de los huelguistas. El oficial se vio obligado a retirarse de la citada casa, a causa de que las mujeres, armadas de escoba, palos y otros objetos los amenazaron.”, decía el diario La Prensa.


Niñas, niños y adolescentes se plegaron a la protesta resistiendo los desalojos con escobas y agua hirviendo. La revista Caras y Caretas describe: “Hasta los muchachos toman participación activa en la guerra al alquiler. Frente a los objetivos de nuestras máquinas, desfilaron cerca de trescientos niños y niñas de todas las edades, que recorrían las calles de La Boca en manifestación, levantando escobas ‘para barrer a los caseros’. Cuando la manifestación llegaba a un conventillo recibía un nuevo contingente de muchachos, que se incorporaban a ella entre los aplausos del público.”

Algunos vigilantes –también habitantes de esos conventillos- se adherían a la huelga. “Compañeros, ¿les parece justo el proceder que están adoptando con los obreros que defienden sus intereses con justa razón...?”, le decía un policía a sus pares a través de una carta publicada en el periódico anarquista La Protesta.


El asesino Ramón L. Falcón, jefe de la policía, ordenó abrir fuego contra un conventillo envuelto en la rebelión. Allí cae asesinado Miguel Pepe, un adolescente de 17 años a quien le escucharon arengar: “Barramos con las escobas la injusticia de este mundo.” La huelga se intensificó. El cortejo fúnebre que acompañaba el cuerpo de Miguelito a pie hasta el cementerio de la Chacarita, tuvo que dejar el féretro en el piso, en distintas oportunidades, para enfrentar la represión policial “que ni a los muertos respeta.” Quien relató estos episodios, Juana Rouco Buela, era una joven inmigrante que, con sólo 18 años fue considerada un “elemento peligroso para la tranquilidad del capitalismo y el Estado” y, por esa razón, deportada.
El oligarca diario La Nación señalaba contra quiénes debía dirigirse la represión: “Los mismos iniciadores del conflicto deben velar para mantenerlo en su justo terreno, evitando la intromisión de estos peligrosos huéspedes que pretenden convertirlos en instrumentos de su propaganda.”
Finalmente, los inquilinos lograron imponer sus demandas, pero el Estado recayó con toda su fuerza de represión sobre los activistas, deportando a decenas de inmigrantes anarquistas que habían participado en esta huelga.


sábado, 4 de agosto de 2007

el cuerpo de una travesti

Ayer fui a la charla que organizó Carne Clasista, la agrupación contra la opresión sexual y social que impulsa el MAS y Lohana Berkins, de la ALITT (Asociación Lucha por la Identidad Travesti Transexual). Lo que más me interesaba era la propuesta de encarar las luchas de las minorías sexuales “proponiendo “alianzas estratégicas” con el movimiento de mujeres”, como decía el flyer virtual. Ese punto me quedó más claro en el planteo de Lohana que en el de César (de CC). Lohana se define como “feminista travesti”, con todo lo que eso tiene de inquietante para el feminismo tradicional. Su agrupación ha tomado reivindicaciones típicas de la agenda feminista, como el derecho al aborto legal, seguro y gratuito.

Resistidas por gays y lesbianas, por feministas (¡por el origen “biológico”!), criminalizadas por el aparato estatal, invisibilizadas a pesar de su visibilidad exuberante, asociadas “naturalmente” a la prostitución, más allá de que su presencia misma sea un cuestionamiento a las categorías heteronormativas que nos constriñen. Me quedo con una frase que Lohana le dijo a una bienpensante madre protectora de sus niñxs, que temía por el efecto que podría causar en ellxs la exhibición de una travesti desnuda: “Es fácil explicarlo. Mamá tiene tetas, a vos te van a crecer tetas. Papá tiene bolas, el hermanito que bañamos o cambiamos a diario tiene bolas. Bueno, ESE ES EL CUERPO DE UNA TRAVESTI”. Más que a los niñxs, era a la madre a la que le hacía ruido la aparente falta de coherencia entre sexo, género, práctica sexual, deseo y cuerpo adecuado para soporte de todo ello. Pero ahí estaba, el cuerpo de una travesti, ineludible, para ser leído (y respetado) en su verdad de sexo/género deseada por ella misma, en un mundo donde cuando nacés todo se reduce a la elección entre rosa y celeste (¿es nena o es varón?), donde el INADI aboga por “la paridad entre hombre y mujer”, donde ALITT no tiene personería jurídica, donde ser mujer, aún con el cuerpo “adecuado”, todavía es un libreto que hay que poner en cuestión.

viernes, 3 de agosto de 2007

cuerpos inadecuados


Un problema fundamental del feminismo actual es el de la pérdida de su sujeto de emancipación: La Mujer, claro está. Un marxista, Eagleton dice: “Tan pronto la mujer se convirtió en un sujeto autónomo, en un sentido más razonable que caricaturesco del término, el posmodernismo se pone a decontruir la completa categoría”. La gran pregunta es acerca del sujeto y “los cuerpos del feminismo” (ese es el nombre de un artículo esclarecedor al respecto de Josefina Fernández). El feminismo de los años ’70 fue incisivo al preguntarse: ¿Quién o qué es una mujer? De las múltiples respuestas y de los entrecruzamientos posibles se dispararon prácticas divergentes y posibilidades concretas en el avance del movimiento. En nuestro ámbito local, esta problemática se instaló en el año 2000, en el marco de un encuentro nacional feminista, cuando un sector del activismo propuso la incorporación de las feministas travestis al mencionado encuentro. A raíz del rechazo de estos cuerpos inadecuados para el encuentro, éste pasó a denominarse “encuentro nacional de mujeres”, dejando en claro que hay ciertos cuerpos habilitados para ser mujeres y otros que no. Como dice Laqueur, el cuerpo femenino es siempre “problemático e inestable”. Y no se trata solamente de que haya “cuerpos que importan” y cuerpos que no, sino que “el cuerpo es obtenido”, como decía la canción de Joy Division y no se sabe cómo.

Un segundo gran eje de problemas actuales lo constituye justamente el cuerpo. Los cuerpos. Eagleton denuncia: “los cuerpos son una manera de hablar acerca de los sujetos humanos sin volverse estúpidamente humanistas, evitando esa sucia interioridad que hacía que Michel Foucault trepara las paredes”. Dice Foucault, retomando al Nietzsche de La Gaya Ciencia: “pensamos en todo caso que el cuerpo, por su lado, no tiene más leyes que las de su fisiología y escapa a la historia. De nuevo un error; el cuerpo está aprisionado en una serie de regímenes que lo atraviesan; está roto por los ritmos de trabajo, el reposo y las fiestas; está intoxicado por venenos –alimentos o valores, hábitos alimentarios- y, por leyes morales, todo junto; se proporciona resistencias”. Interesante la observación de Butler en Deshacer el género, donde dice que “en parte estamos constituidos políticamente en virtud de la vulnerabilidad social de nuestros cuerpos. (…) somos a la vez públicamente asertivos y vulnerables”. Invariablemente, dice Butler, el cuerpo tiene una dimensión pública, “es a través del cuerpo que el género y la sexualidad se exponen a otros, que se implican en los procesos sociales, que son inscritos por las normas culturales y aprehendidos en sus significados sociales”. Esta característica general de los cuerpos no oscurece, claro está, la especial vulnerabilidad que se despliega y exacerba bajo determinadas condiciones sociales y políticas. La vulnerabilidad y precariedad de las vidas a ser llevadas adelante con estos cuerpos y la posibilidad de agencia de estos cuerpos nos ancla firmemente en el terreno de la transformación social.


Algunos libros para leer y estar y no estar de acuerdo:


Eagleton, Terry: Las ilusiones del posmodernismo; Laqueur, Thomas: La construcción del sexo. Cuerpo y género desde los griegos hasta Freud; Foucault, Michel: Microfísica del poder; Butler, Judith: Deshacer el género

jueves, 2 de agosto de 2007

Nueve

no son esos ojos los que un tiempo atrás despiertos se encendían”*

Un hecho simple, de todos los días, un hecho común, dice Pizarnik, “sólo que inquietante”[1]. Sólo que horrible. Dice también Pizarnik que ciertos niños ocampianos (abusados, abandonados, desprotegidos), tratan de averiguar su “pecado mortal”: “aquello por lo cual esa gente los entregó a las furias de la soledad pánica”[2]. Sólo que no hay pecado alguno, habría que agregar. Dos ojos abiertos demasiado pronto tal vez. Cuando era hora de no ver. Nada más que eso.

Escribió Virginia Woolf en una carta: “Recuerdo el contacto de su mano debajo de mis ropas, avanzando firme y decidida cada vez más abajo. Recuerdo que yo esperaba que se detuviese de una vez, que me iba poniendo más tensa, que me retorcía a medida que la mano iba aproximándose a mis partes más íntimas. Pero no se detuvo. Su mano exploró también mis partes más íntimas. Recuerdo que me sentí ofendida, que no me gustó. ¿Cuál es la palabra para un sentimiento tan callado y conflictivo?”[3]. Hasta en sus últimos sueños vuelve el medio hermano horrible de su infancia, como animal que no suelta a su presa. Y hasta sus últimos días seguirá creyendo que “la capacidad para recibir los golpes es lo que hizo de mí una escritora”[4].

“Lo que hizo de mí”, lo que de mí esto explica, poca cosa quizá, pero es la verdad más fresca que he llegado a tener toda para mí. Esos hermosos sueños robados, todos esos días donde faltaron, de alguna u otra forma, “las moradas del consuelo, la consagración de la inocencia, la alegría inadjetivable del cuerpo”[5], como dice Pizarnik en un poema largo y bellísimo. Todas cosas que me arrebataron, mejor dicho. Y no se culpe a nadie, salvo a quien es responsable, el que arrojó la primera piedra. Durante años otro poema agostó mis días: el que decía de una niña a la que nadie nada le enseñó y aprendió (mal) todo sola. Pero no se trata de esto aquí.

[1] A.P.“Dominios ilícitos”.
[2] A.P. “Dominios ilícitos”.
[3] Esta frase es parte de una carta escrita por Virginia Woolf a su amiga Ethel Smyth el 12 de enero de 1941.
[4] Citado por Maud Mannoni en "Ellas no saben lo que dicen. Virginia Woolf y la femineidad".
[5] A.P. “Extracción de la piedra de locura”.
*Eterna Inocencia, "Desposeídos".